domingo, 30 de diciembre de 2012

" CON LA ACTUAL CASTA POLITICA MUNDIAL NO SE PUEDE ARREGLAR LA CRISIS ECONOMICA Y SOCIAL, VIVEN EN OTRO MUNDO, IGNORAN LO QUE ES VIVIR CON 420. 800, O 1000 EUROS" , CONCLUSION HAY QUE ELIMINAR LA POLITICA Y LOS POLITICOS, FUNCIONARIOS EN SU JUSTA MEDIDA BIEN PREPARADOS Y CON UNAS LEYES SEVERISIMAS CONTRA LOS CORRUPTOS"

EL PAÍS SEMANAL

De la Gran Recesión a la Gran Desafección

Europa, y sobre todo España, se han convertido en el contraejemplo. El segundo eslabón de la crisis económica tiene efectos de gran calado


Angela Merkel y Mariano Rajoy, en un paseo en barco en Chicago en mayo, durante una cumbre de la OTAN. / Diego Crespo (EFE)
Antes de morir, a principios de los años sesenta, uno de los principales líderes socialistas españoles, Indalecio Prieto, escribió: “No entender políticamente el mundo de la crisis económica y no presentar ante él una ­política económica coherente fue una de las causas del fracaso de la II República” (Convulsiones de España). Ocho décadas después de aquella experiencia, nuestro país está sufriendo una triple crisis (económica, política, ­europea), que le podría convertir en un contraejemplo más para otras sociedades cercanas y pasar, en uno de esos vaivenes a los que la historia nos tiene tan acostumbrados, de un extremo al otro: del “milagro español” al fracaso español. Algunos medios de comunicación internacionales de referencia ya han hablado de ello con amplitud durante los últimos meses.
La fase dominante de la crisis es la económica, como corresponde a estos tiempos. Y se manifiesta sobre todo en el factor diferencial de nuestro país respecto a los de nuestro entorno, aquello que más nos separa de ellos: la tasa de paro, que afecta a uno de cada cuatro ciudadanos que quieren trabajar. No los problemas intermedios, el déficit, la deuda, que son más o menos comunes, sino el desempleo. Una tasa de paro insoportable (TPI), como la definiera Joaquín Almunia cuando todavía no era un alto funcionario de la Unión Europea, sino un economista que trabajaba en el PSOE. Según los pronósticos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), durante 2013 ese porcentaje podría llegar al 27% de la población activa, más de seis millones de personas. Es oportuno recordar que en el peor momento de la Gran Depresión, en 1933, EE UU no pasó de un 25% de paro.

La economía no está funcionando porque no responde a las dificultades que tienen las personas
Las cifras de desempleo son aún más alarmantes si se desagregan: más del 50% de los menores de 25 años están parados, lo que pone en cuestión el futuro; en casi un millón y medio de hogares no entra ni el sueldo del hombre ni el de la mujer (en un modelo en el que, al revés que el nórdico, la familia juega el papel de último colchón contra la exclusión y la pobreza extrema); y todos los meses, decenas de miles de personas abandonan el sistema de protección del seguro de desempleo porque se convierten en parados de una duración superior a los dos años de inactividad y ya no tienen derecho al mismo. No hay más que observar las calles y plazas de nuestras ciudades para reconocer a la cantidad de hombres todavía en edad de trabajar (no ya solo mujeres o jóvenes, segundos o terceros sustentadores de la familia) que deambulan por las mismas sin tener un puesto de trabajo al que ir todos los días.
En la anterior crisis económica en nuestro país, la de los noventa, se llegó a tener un paro del 24,5% de la población activa (bastante más reducida en términos absolutos que la actual) en 1994 y se tardaron 13 años (hasta el segundo trimestre de 2007) en domeñarlo y rebajarlo hasta el 7,95%, el porcentaje más reducido en la democracia hasta hoy. La economía española es ahora más flexible y está más globalizada que entonces, pero es legítimo preguntarse cuánto tiempo necesitará para volver al menos a los porcentajes de paro de antes de la Gran Recesión, no digamos al pleno empleo. Si se produjera, como muchos analistas temen, una recuperación sin empleo (tasas de crecimiento de la economía con tasas más reducidas de creación de puestos de trabajo), se daría esa década perdida que hasta hace poco parecía una pesadilla con pocas probabilidades de hacerse presente.
La segunda cara de la crisis española, que ha dado señales de multiplicarse durante el año que ahora termina, es la política e institucional. La percepción ciudadana, que se manifiesta en todos los sondeos de opinión, se podría resumir del siguiente modo: 1. La economía no está funcionando porque no responde a los problemas cotidianos de la gente. 2. El sistema político no está corrigiendo lo anterior, y el principal fallo del mercado es el gigantesco volumen de desempleo. La ciudadanía ha confiado durante mucho tiempo en ese sistema, tenía confianza en que se iban a pedir responsabilidades a quienes habían provocado la crisis, a corregir rápidamente los abusos y a proteger a los más desfavorecidos, y no está siendo así. 3. Como consecuencia de lo anterior, se ha multiplicado la desconfianza en el funcionamiento de la economía de mercado y en los mecanismos tradicionales de la democracia, y ambos términos, economía de mercado y democracia, no parecen favorecer los esfuerzos equitativos.

El sistema político no está corrigiendo los problemas. El mercado tiene un gigantesco volumen de desempleo
Estos elementos son comunes al menos a las principales sociedades occidentales, pero han aumentado en un grado alarmante en España en los últimos meses, como muestran las series demoscópicas del Centro de Investigaciones Sociológicas (¿cuáles son los principales problemas de los ciudadanos españoles?: el paro, la situación económica y los políticos). El Nobel de Economía Joseph Stiglitz, que ha estudiado estos problemas (El precio de la desigualdad), los explica por una conjunción de factores, además del desempleo: porque la gente considera de modo creciente que no es solo la economía la que está intervenida, sino la propia democracia; por la brutal expansión de la desigualdad (de rentas y de patrimonios, de oportunidades y de resultados) en el seno de las sociedades, lo que significaría que los sacrificios de la crisis están mal repartidos; y por la ineficacia de las políticas adoptadas para corregir los problemas económicos más significativos, fundamentalmente el empobrecimiento de las clases medias y bajas. Estas políticas, que en el mejor de los casos podrían estar legitimadas por sus resultados, toman únicamente en cuenta factores instrumentales intermedios (el déficit, la deuda, las privatizaciones, la desregulación…), que por su naturaleza es imposible que movilicen el ánimo de la gente, y se olvidan de los objetivos finalistas de la economía (“la buena vida”, los denominaba Keynes), como el empleo, el bienestar, la protección… Se creía que esta lección se había aprendido, con sangre, después de las dos guerras mundiales.
La tercera crisis española, que está deviniendo en permanente, es de contexto, de entorno: el que proporciona el club al que pertenece nuestro país, la Unión ­Europea. Tras más de un lustro de dificultades económicas, la eurozona entró en el pasado mes de noviembre en recesión técnica (dos trimestres seguidos contrayéndose), la segunda tras la experimentada en 2009, el año en que todo parecía posible dado que se conjuntaron, en toda su intensidad, la crisis financiera y la de la economía real.
La UE adolece, más que otras zonas, de esa falta de respuestas adecuadas a los problemas, dado que está practicando con contumacia una política económica de austeridad conjunta que va contra el consenso expresado por la mayor parte de los analistas y que ha merecido, cada vez más, el apelativo de “austericidio”. Paralelamente, sus procedimientos de actuación son exasperadamente lentos como muestra, mejor que cualquier otro ejemplo, el caso de Grecia, que fue intervenida en la primera parte de 2010 sin que hasta el momento se haya visto avance alguno –todo lo contrario– en las condiciones de vida de sus ciudadanos. Grecia, cuyo PIB no supera el 2% del conjunto de la UE, ha tenido una brutal capacidad de contagio sobre el conjunto de la economía europea. Por esa conjunción de una política de austeridad unánime (liderada por Alemania, que no permite disidencia alguna en la zona), semiparálisis en el proyecto estratégico de la UE (complementar la unión monetaria con una unión económica en todos los sentidos, y luego con una unión política) y una gestión fallida cuyo método de tomar decisiones ha consistido en responder a cada problema urgente que se planteaba con decisiones a futuro, en vez de solucionar la sangría inmediata, Europa es, a finales de 2012, la parte del mundo más alejada de una recuperación económica y de la posibilidad de retomar sus tasas de crecimiento potencial, lo único que la conduciría a una coyuntura de creación de puestos de trabajo.

Se ha multiplicado la desconfianza en el funcionamiento de la economía de mercado y en la democracia
Desde que la Gran Recesión adquirió carta de naturaleza en el verano de 2007 y, sobre todo, un año después de la quiebra de Lehman Brothers, parecía haberse dado una especie de consenso entre las élites del mundo alrededor de dos ideas: que la recesión no se convirtiese en una depresión, más larga y profunda que la primera; y que la crisis económica no deviniese en una crisis social y política, como ocurrió en otros momentos recientes de la historia, como por ejemplo en las dos décadas que van desde los años 1919 hasta 1939, que el historiador E. H. Carr ha denominado “la crisis de los veinte años”, caracterizados en Europa por una acumulación de estancamiento económico, desencanto social, a continuación irritación social y finalmente conflictos políticos. Otro año más desde el inicio de la crisis, no es seguro que ello se haya conseguido. Se ha extendido entre la ciudadanía una especie de desengaño, de pesimismo creciente y la idea de que, por muchos esfuerzos que se hagan para restaurar la normalidad de antes de los problemas, no se conseguirá al menos a corto y medio plazo.
Hay un profundo sentimiento de fin de siècle o de cambio de era, motivado por la triple crisis mencionada. Los intelectuales lo están expresando de diferentes modos y en distintos grados, pero casi todos ellos hablan de una sensación de pérdida: de la inocencia, de los valores sociales, de la confianza y de la calidad de la democracia. La profundización de las dificultades subraya el sentimiento de que se ha dado el salto de una época de certezas a otra de inestabilidad e inseguridad. La creciente autonomía de la res económica reduce el campo de la seguridad colectiva que representa la democracia y prevalecen la incertidumbre y la angustia. Si no existe la capacidad de intervención efectiva por parte de una autoridad política libremente elegida, no hay democracia. Otro Nobel de Economía, el indio Amartya Sen, ha defendido que la democracia, más allá de la representación política y del respeto a la regla de la mayoría, implica la protección de los derechos y libertades de los individuos, el acceso a las prestaciones sociales y el derecho a acceder a la información, así como de participar activamente en la deliberación colectiva. Todo ello es lo que se está debilitando notoriamente en los últimos tiempos.


Vale, el mismo rollo de siempre, en resumen del año, y ¿alguna solución? No digas nada de que han venido por lo menos 5 millones de personas y que ahora no podemos hacernos cargo, no digas que está lleno de chorizos y aprovechados entre los nacionales, no digas que está lleno de vagos ¿cómo te crees que funcionan los países que funcionan? hala !


A papipuf. Totalmente de acuerdo contigo. Familiares de políticos "colocados", amigos de políticos "subvencionados", afines de los partidos en empresas "innecesarias", etc. constituyen una barrera infranqueable a la regeneración. Gentes que cobran para reproducirse en sus beneficios, que detraen de lo público, para jugar con el ordenador en sesiones parlamentarias. Ayer mismo me comentaban de una secretaria despedida por ver internet en el lugar de trabajo (era el sector privado). No tienen vergüenza, ni ética. Son "vividores" del hambre de igualdad constitucional.
Los políticos de la "milagrosa transición" organizaron un país en beneficio propio. Han pasado casi cuarenta años de partitocracia y el aparato, del que los partidos se sirven para lograr y mantener sus prebendas, no ha cambiado sino para aumentar y fortalecer sus estructuras. Los ciudadanos ven sus derechos, y sus soldadas, disminuidos, y los políticos continúan sentados en sus sillones de tribuna, a costa de la explotación del ciudadano. Eso si, sirviendo desde ahí a los intereses del sistema financiero en general y de los miembros de sus bandas explotadoras en particular. ¿Democracia? ¡No, gracias!



FUENTE: http://economia.elpais.com/economia/2012/12/28/actualidad/1356696366_531444.html

sábado, 29 de diciembre de 2012

" LA CLASE POLITICA ESPAÑOLA, MAS DE DOS SIGLOS DE MIERDA Y CORRUPCION "

Una teoría de la clase política española

Los partidos han generado burbujas compulsivamente


EVA VÁZQUEZ



En este artículo propongo una teoría de la clase política española para argumentar la necesidad imperiosa y urgente de cambiar nuestro sistema electoral para adoptar un sistema mayoritario. La teoría se refiere al comportamiento de un colectivo y, por tanto, no admite interpretaciones en términos de comportamientos individuales. ¿Por qué una teoría? Por dos razones. En primer lugar porque una teoría, si es buena, permite conectar sucesos aparentemente inconexos y explicar sucesos aparentemente inexplicables. Es decir, dar sentido a cosas que antes no lo tenían. Y, en segundo lugar, porque de una buena teoría pueden extraerse predicciones útiles sobre lo que ocurrirá en el futuro. Empezando por lo primero, una buena teoría de la clase política española debería explicar, por lo menos, los siguientes puntos:
  1. ¿Cómo es posible que, tras cinco años de iniciada la crisis, ningún partido político tenga un diagnóstico coherente de lo que le está pasando a España?
  2. ¿Cómo es posible que ningún partido político tenga una estrategia o un plan a largo plazo creíble para sacar a España de la crisis? ¿Cómo es posible que la clase política española parezca genéticamente incapaz de planificar?
  3. ¿Cómo es posible que la clase política española sea incapaz de ser ejemplar? ¿Cómo es posible que nadie-salvo el Rey y por motivos propios- haya pedido disculpas?
  4. ¿Cómo es posible que la estrategia de futuro más obvia para España -la mejora de la educación, el fomento de la innovación, el desarrollo y el emprendimiento y el apoyo a la investigación- sea no ya ignorada, sino masacrada con recortes por los partidos políticos mayoritarios?
En lo que sigue, argumento que la clase política española ha desarrollado en las últimas décadas un interés particular, sostenido por un sistema de captura de rentas, que se sitúa por encima del interés general de la nación. En este sentido forma una élite extractiva, según la terminología popularizada por Acemoglu y Robinson. Los políticos españoles son los principales responsables de la burbuja inmobiliaria, del colapso de las cajas de ahorro, de la burbuja de las energías renovables y de la burbuja de las infraestructuras innecesarias. Estos procesos han llevado a España a los rescates europeos, resistidos de forma numantina por nuestra clase política porque obligan a hacer reformas que erosionan su interés particular. Una reforma legal que implantase un sistema electoral mayoritario provocaría que los cargos electos fuesen responsables ante sus votantes en vez de serlo ante la cúpula de su partido, daría un vuelco muy positivo a la democracia española y facilitaría el proceso de reforma estructural. Empezaré haciendo una breve historia de nuestra clase política. A continuación la caracterizaré como una generadora compulsiva de burbujas. En tercer lugar explicitaré una teoría de la clase política española. En cuarto lugar usaré esta teoría para predecir que nuestros políticos pueden preferir salir del euro antes que hacer las reformas necesarias para permanecer en él. Por último propondré cambiar nuestro sistema electoral proporcional por uno mayoritario, del tipo first-past-the-post, como medio de cambiar nuestra clase política.

La historia

Los políticos de la Transición tenían procedencias muy diversas: unos venían del franquismo, otros del exilio y otros estaban en la oposición ilegal del interior. No tenían ni espíritu de gremio ni un interés particular como colectivo. Muchos de ellos no se veían a sí mismos como políticos profesionales y, de hecho, muchos no lo fueron nunca. Estos políticos tomaron dos decisiones trascendentales que dieron forma a la clase política que les sucedió. La primera fue adoptar un sistema electoral proporcional corregido, con listas electorales cerradas y bloqueadas. El objetivo era consolidar el sistema de partidos políticos fortaleciendo el poder interno de sus dirigentes, algo que entonces, en el marco de una democracia incipiente y dubitativa, parecía razonable. La segunda decisión, cuyo éxito se condicionaba al de la primera, fue descentralizar fuertemente el Estado, adoptando la versión café para todos del Estado de las autonomías. Los peligros de una descentralización excesiva, que eran evidentes, se debían conjurar a partir del papel vertebrador que tendrían los grandes partidos políticos nacionales, cohesionados por el fuerte poder de sus cúpulas. El plan, por aquel entonces, parecía sensato.
Pero, tal y como le ocurrió al Dr. Frankenstein, lo que creó al monstruo no fue el plan, que no era malo, sino su implementación. Por una serie de infortunios, a la criatura de Frankenstein se le acabó implantando el cerebro equivocado. Por una serie de imponderables, a la joven democracia española se le acabó implantando una clase política profesional que rápidamente devino disfuncional y monstruosa. Matt Taibbi, en su célebre artículo de 2009 en Rolling Stone sobre Goldman Sachs “La gran máquina americana de hacer burbujas” comparaba al banco de inversión con un gran calamar vampiro abrazado a la cara de la humanidad que va creando una burbuja tras otra para succionar de ellas todo el dinero posible. Más adelante propondré un símil parecido para la actual clase política española, pero antes conviene analizar cuáles han sido los cuatro imponderables que han acabado generando a nuestro monstruo.
En primer lugar, el sistema electoral proporcional, con listas cerradas y bloqueadas, ha creado una clase política profesional muy distinta de la que protagonizó la Transición. Desde hace ya tiempo, los cachorros de las juventudes de los diversos partidos políticos acceden a las listas electorales y a otras prebendas por el exclusivo mérito de fidelidad a las cúpulas. Este sistema ha terminado por convertir a los partidos en estancias cerradas llenas de gente en las que, a pesar de lo cargado de la atmósfera, nadie se atreve a abrir las ventanas. No pasa el aire, no fluyen las ideas, y casi nadie en la habitación tiene un conocimiento personal directo de la sociedad civil o de la economía real. La política y sus aledaños se han convertido en un modus vivendi que alterna cargos oficiales con enchufes en empresas, fundaciones y organismos públicos y, también, con canonjías en empresas privadas reguladas que dependen del BOE para prosperar.
En segundo lugar, la descentralización del Estado, que comenzó a principios de los 80, fue mucho más allá de lo que era imaginable cuando se aprobó la Constitución. Como señala Enric Juliana en su reciente libro Modesta España, el Estado de las autonomías inicialmente previsto, que presumía una descentralización controlada de “arriba a abajo”, se vio rápidamente desbordado por un movimiento de “abajo a arriba” liderado por élites locales que, al grito de “¡no vamos a ser menos!”, acabó imponiendo la versión de café para todos del Estado autonómico. ¿Quiénes eran y qué querían estas élites locales? A pesar de ser muy lampedusiano, Juliana se limita a señalar a “un democratismo pequeñoburgués que surge desde abajo”. Eso es, sin duda, verdad. Pero, adicionalmente, es fácil imaginar que los beneficiarios de los sistemas clientelares y caciquiles implantados en la España de provincias desde 1833, miraban al nuevo régimen democrático con preocupación e incertidumbre, lo que les pudo llevar, en muchos casos, a apuntarse a “cambiarlo todo para que todo siga igual” y a ponerse en cabeza de la manifestación descentralizadora. Como resultante de estas fuerzas, se produjo un crecimiento vertiginoso de las Administraciones Públicas: 17 administraciones y gobiernos autonómicos, 17 parlamentos y miles -literalmente miles- de nuevas empresas y organismos públicos territoriales cuyo objetivo último en muchos casos, era generar nóminas y dietas. En ausencia de procedimientos establecidos para seleccionar plantillas, los políticos colocaron en las nuevas administraciones y organismos a deudos, familiares, nepotes y camaradas, lo que llevó a una estructura clientelar y politizada de las administraciones territoriales que era inimaginable cuando se diseñó la Constitución. A partir de una Administración hipertrofiada, la nueva clase política se había asegurado un sistema de captura de rentas -es decir un sistema que no crea riqueza nueva, sino que se apodera de la ya creada por otros- por cuyas alcantarillas circulaba la financiación de los partidos.
En tercer lugar, llegó la gran sorpresa. El poder dentro de los partidos políticos se descentralizó a un ritmo todavía más rápido que las Administraciones Públicas. La idea de que la España autonómica podía ser vertebrada por los dos grandes partidos mayoritarios saltó hecha añicos cuando los llamados barones territoriales adquirieron bases de poder de “abajo a arriba” y se convirtieron, en la mejor tradición del conde de Warwick, en los hacedores de reyes de sus respectivos partidos. En este imprevisto contexto, se aceleró la descentralización del control y la supervisión de las Cajas de Ahorro. Las comunidades autónomas se apresuraron a aprobar sus propias leyes de Cajas y, una vez asegurado su control, poblaron los consejos de administración y cargos directivos con políticos, sindicalistas, amigos y compinches. Por si esto fuera poco, las Cajas tuteladas por los gobiernos autonómicos hicieron proliferar empresas, organismos y fundaciones filiales, en muchas ocasiones sin objetivos claros aparte del de generar más dietas y más nóminas.
Y en cuarto lugar, aunque la lista podría prolongarse, la clase política española se ha dedicado a colonizar ámbitos que no son propios de la política como, por ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivo, el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, el Banco de España, la CNMV, los reguladores sectoriales de energía y telecomunicaciones, la Comisión de la Competencia… El sistema democrático y el Estado de derecho necesitan que estos organismos, que son los encargados de aplicar la Ley, sean independientes. La politización a la que han sido sometidos ha terminado con su independencia, provocando una profunda deslegitimación de estas instituciones y un severo deterioro de nuestro sistema político. Pero es que hay más. Al tiempo que invadía ámbitos ajenos, la política española abandonaba el ámbito que le es propio: el Parlamento. El Congreso de los Diputados no es solo el lugar donde se elaboran las leyes; es también la institución que debe exigir la rendición de cuentas. Esta función del Parlamento, esencial en cualquier democracia, ha desaparecido por completo de la vida política española desde hace muchos años. La quiebra de Bankia, escenificada en la pantomima grotesca de las comparecencias parlamentarias del pasado mes de julio, es sólo el último de una larga serie de casos que el Congreso de los Diputados ha decidido tratar como si fuesen catástrofes naturales, como un terremoto, por ejemplo, en el que aunque haya víctimas no hay responsables. No debería sorprender, desde esta perspectiva, que los diputados no frecuenten la Carrera de San Jerónimo: hay allí muy poco que hacer.

Las burbujas

Los cuatro procesos descritos en los párrafos anteriores han conformado un sistema político en el que las instituciones están, en el mal sentido de la palabra, excesivamente politizadas y en el que nadie acaba siendo responsable de sus actos porque nunca se exige en serio rendición de cuentas. Nadie dentro del sistema pone en cuestión los mecanismos de capturas de rentas que constituyen el interés particular de la clase política española. Este es el contexto en el que se desarrollaron no sólo la burbuja inmobiliaria y el saqueo y quiebra de la gran mayoría de las Cajas de Ahorro, sino también otras “catástrofes naturales”, otros “actos de Dios”, a cuya generación tan adictos son nuestros políticos. Porque, como el gran calamar de Taibbi, la clase política española genera burbujas de manera compulsiva. Y lo hace no tanto por ignorancia o por incompetencia como porque en todas ellas captura rentas. Hagamos, sin pretensión alguna de exhaustividad, un brevísimo repaso de las principales tropelías impunes de las últimas dos décadas: la burbuja inmobiliaria, las Cajas de Ahorro, las energías renovables y las nuevas autopistas de peaje.
La burbuja inmobiliaria española fue, en términos relativos, la mayor de las tres que estuvieron en el origen de la actual crisis global, siendo las otras dos la estadounidense y la irlandesa. No hay duda de que, como las demás, estuvo alimentada por los bajos tipos de interés y por los desequilibrios macroeconómicos a escala mundial. Pero, dicho esto, al contrario de lo que sucede en EE UU, las decisiones sobre qué se construye y dónde se construye en España se toman en el ámbito político. Aquí no se puede hablar de pecados por omisión, de olvido del principio de que los gestores públicos deben gestionar como diligentes padres de familia. No. En España la clase política ha inflado la burbuja inmobiliaria por acción directa, no por omisión ni por olvido. Los planes urbanísticos se fraguan en complejas y opacas negociaciones de las que, además de nuevas construcciones, surgen la financiación de los partidos políticos y numerosas fortunas personales, tanto entre los recalificados como entre los recalificadores. Por si el poder de los políticos –decidir el qué y el dónde- no fuese suficiente, la transmisión del control de las Cajas de Ahorro a las comunidades autónomas añadió a los dos anteriores el poder de decisión sobre el quién, es decir, el poder de decisión sobre quién tenía financiación de la Caja de turno para ponerse a construir. Esto supuso un salto cualitativo en la capacidad de captura de rentas de la clase política española, acercándola todavía más a la estrategia del calamar vampiro de Taibbi. Primero se infla la burbuja, a continuación se capturan todas las rentas posibles y, por último, a la que la burbuja pincha… ¡ahí queda eso! El panorama, cinco años después del pinchazo de la burbuja, no puede ser más desolador. La economía española no crecerá durante muchos años más. Y las Cajas de Ahorro han desaparecido, la gran mayoría por insolvencia o quiebra técnica. ¡Ahí queda eso!
Las otras dos burbujas que mencionaré son resultado de la peculiar simbiosis de nuestra clase política con el “capitalismo castizo”, es decir, con el capitalismo español que vive del favor del Boletín Oficial del Estado. En una reunión reciente, un conocido inversor extranjero lo llamó “relación incestuosa”; otro, nacional, habló de “colusión contra consumidores y contribuyentes”. Sea lo que sea, recordemos en primer lugar la burbuja de las energías renovables. España representa un 2% del PIB mundial y está pagando el 15% del total global de las primas a las energías renovables. Este dislate, presentado en su día como una apuesta por situarse en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, es un sinsentido que España no se puede permitir. Pero estas primas generan muchas rentas y prebendas capturadas por la clase política y, también hay que decirlo, mucho fraude y mucha corrupción a todos los niveles de la política y de la Administración. Para financiar las primas, las empresas y familias españolas pagan la electricidad más cara de Europa, lo que supone una grave merma de competitividad para nuestra economía. A pesar de esos precios exagerados, y de que la generación eléctrica tiene un exceso de capacidad de más del 30%, el sistema eléctrico español ostenta un déficit tarifario de varios miles de millones de euros al año y más de 24.000 millones de deuda acumulada que nadie sabe cómo pagar. La burbuja de las renovables ha pinchado y… ¡ahí queda eso!
La última burbuja que traeré a colación, aunque la lista es más larga (fútbol, televisiones…), es la formada por las innumerables infraestructuras innecesarias construidas en las últimas dos décadas a costes astronómicos para beneficio de constructores y perjuicio de contribuyentes. Uno de los casos más chirriantes es el de las autopistas radiales de Madrid, pero hay muchísimos más. Las radiales, que pretendían descongestionar los accesos a Madrid, se diseñaron y construyeron haciendo dejación de principios muy importantes de prudencia y buena administración. Para empezar, se hicieron unas previsiones temerarias del tráfico que dichas autopistas iban a tener. En la actualidad el tráfico no supera el 30% de lo previsto. Y no es por la crisis: en los años del boom tampoco había tráfico. A continuación ¿incomprensiblemente? el Gobierno permitió que los constructores y los concesionarios fuesen, esencialmente, los mismos. Esto es un disparate, porque al disfrazarse los constructores de concesionarios mediante unas sociedades con muy poco capital y mucha deuda, se facilitaba que pasara lo que acabó pasando: los constructores cobraron de las concesionarias por construir las autopistas y, al constatarse que no había tráfico, amenazaron con dejarlas quebrar. Los principales acreedores eran ¡oh sorpresa! las Cajas de Ahorro. Los más de 3.000 millones de deuda nadie sabe cómo pagarlos y acabarán recayendo sobre el contribuyente pero, en cualquier caso, ¡ahí queda eso!

La teoría

Termino aquí la parte descriptiva de este artículo en la que he resumido unos pocos “hechos estilizados” que considero representativos del comportamiento colectivo, no necesariamente individual, y esto es importante recordarlo, de los políticos españoles. Paso ahora a formular una teoría de la clase política española como grupo de interés.
El enunciado de la teoría es muy simple. La clase política española no sólo se ha constituido en un grupo de interés particular, como los controladores aéreos, por poner un ejemplo, sino que ha dado un paso más, consolidándose como una élite extractiva, en el sentido que dan a este término Acemoglu y Robinson en su reciente y ya célebre libro Por qué fracasan las naciones. Una élite extractiva se caracteriza por:
"Tener un sistema de captura de rentas que permite, sin crear riqueza nueva, detraer rentas de la mayoría de la población en beneficio propio".
"Tener el poder suficiente para impedir un sistema institucional inclusivo, es decir, un sistema que distribuya el poder político y económico de manera amplia, que respete el Estado de derecho y las reglas del mercado libre. Dicho de otro modo, tener el poder suficiente para condicionar el funcionamiento de una sociedad abierta -en el sentido de Popper- u optimista -en el sentido de Deutsch".
"Abominar la 'destrucción creativa', que caracteriza al capitalismo más dinámico. En palabras de Schumpeter "la destrucción creativa es la revolución incesante de la estructura económica desde dentro, continuamente destruyendo lo antiguo y creando lo nuevo".  Este proceso de destrucción creativa es el rasgo esencial del capitalismo.”Una élite extractiva abomina, además, cualquier proceso innovador lo suficientemente amplio como para acabar creando nuevos núcleos de poder económico, social o político".
Con la navaja de Occam en la mano, si esta sencilla teoría tiene poder explicativo, será imbatible. ¿Qué tiene que decir sobre las cuatro preguntas que se le han planteado al principio del artículo? Veamos:
  1. La clase política española, como élite extractiva, no puede tener un diagnóstico razonable de la crisis. Han sido sus mecanismos de captura de rentas los que la han provocado y eso, claro está, no lo pueden decir. Cierto, hay una crisis económica y financiera global, pero eso no explica seis millones de parados, un sistema financiero parcialmente quebrado y un sector público que no puede hacer frente a sus compromisos de pago. La clase política española tiene que defender, como está haciendo de manera unánime, que la crisis es un acto de Dios, algo que viene de fuera, imprevisible por naturaleza y ante lo cual sólo cabe la resignación.
  2. La clase política española, como élite extractiva, no puede tener otra estrategia de salida de la crisis distinta a la de esperar que escampe la tormenta. Cualquier plan a largo plazo, para ser creíble, tiene que incluir el desmantelamiento, por lo menos en parte, de los mecanismos de captura de rentas de los que se beneficia. Y eso, por supuesto, no se plantea.
  3. ¿Pidieron perdón los controladores aéreos por sus desmanes? No, porque consideran que defendían su interés particular. ¿Alguien ha oído alguna disculpa de algún político por la situación en la que está España? No, ni la oirá, por la misma razón que los controladores. ¿Cómo es que, como medida ejemplarizante, no se ha planteado en serio la abolición del Senado, de las diputaciones, la reducción del número de ayuntamientos…? Pues porque, caídas las Cajas de Ahorro -y ante las dificultades presentes para generar nuevas burbujas- la defensa de las rentas capturadas restantes se lleva a ultranza.
  4. Tal y como establece la teoría de las élites extractivas, los partidos políticos españoles comparten un gran desprecio por la educación, una fuerte animadversión por la innovación y el emprendimiento y una hostilidad total hacia la ciencia y la investigación. De la educación sólo parece interesarles el adoctrinamiento: las estridentes peleas sobre la Educación para la Ciudadanía contrastan con el silencio espeso que envuelve las cuestiones verdaderamente relevantes como, por ejemplo, el elevadísimo fracaso escolar o los lamentables resultados en los informes PISA. La innovación y el emprendimiento languidecen en el marco de regulaciones disuasorias y fiscalidades punitivas sin que ningún partido se tome en serio la necesidad de cambiarlas. Y el gasto en investigación científica, concebido como suntuario de manera casi unánime, se ha recortado con especial saña sin que ni un solo político relevante haya protestado por un disparate que compromete más que ningún otro el futuro de los españoles.
La teoría de las élites extractivas, por lo visto hasta aquí, parece dar sentido a bastantes rasgos llamativos del comportamiento de la clase política española. Veamos qué nos dice sobre el futuro.

La predicción

La crisis ha acentuado el conflicto entre el interés particular de la clase política española y el interés general de España. Las reformas necesarias para permanecer en el euro chocan frontalmente con los mecanismos de captura de rentas que sostienen dicho interés particular. Por una parte, la estabilidad presupuestaria va a requerir una reducción estructural del gasto de las Administraciones públicas superior a los 50 millardos de euros, un 5% del PIB. Esto no puede conseguirse con más recortes coyunturales: hacen falta reformas en profundidad que, de momento, están inéditas. Se tiene que reducir drásticamente el sector público empresarial, esa zona gris entre la Administración y el sector privado, que, con sus muchos miles de empresas, organismos y fundaciones, constituye una de las principales fuentes de rentas capturadas por la clase política. Por otra parte, para volver a crecer, la economía española tiene que ganar competitividad. Para eso hacen falta muchas más reformas para abrir más sectores a la competencia, especialmente en el mencionado sector público empresarial y en sectores regulados. Esto debería hacer más difícil seguir creando burbujas en la economía española.
La infinita desgana con la que nuestra clase política está abordando el proceso reformista ilustra bien que, colectivamente al menos, barrunta las consecuencias que las reformas pueden tener sobre su interés particular. La única reforma llevada a término por iniciativa propia, la del mercado de trabajo, no afecta directamente a los mecanismos de captura de rentas. Las que sí lo hacen, exigidas por la UE como, por ejemplo, la consolidación fiscal, no se han aplicado. Deliberadamente, el Gobierno confunde reformas con recortes y subidas de impuestos y ofrece los segundos en vez de las primeras, con la esperanza de que la tempestad amaine por sí misma y, al final, no haya que cambiar nada esencial. Como eso no va a ocurrir, en algún momento la clase política española se tendrá que plantear el dilema de aplicar las reformas en serio o abandonar el euro. Y esto, creo yo, ocurrirá más pronto que tarde.
La teoría de las élites extractivas predice que el interés particular tenderá a prevalecer sobre el interés general. Yo veo probable que en los dos partidos mayoritarios españoles crezca muy deprisa el sentimiento “pro peseta”. De hecho, ya hay en ambos partidos cabezas de fila visibles de esta corriente. La confusión inducida entre recortes y reformas tiene la consecuencia perversa de que la población no percibe las ventajas a largo plazo de las reformas y sí experimenta el dolor a corto plazo de los recortes que, invariablemente, se presentan como una imposición extranjera. De este modo se crea el caldo de cultivo necesario para, cuando las circunstancias sean propicias, presentar una salida del euro como una defensa de la soberanía nacional ante la agresión exterior que impone recortes insufribles al Estado de bienestar. También, por poner un ejemplo, los controladores aéreos presentaban la defensa de su interés particular como una defensa de la seguridad del tráfico aéreo. La situación actual recuerda mucho a lo ocurrido hace casi dos siglos cuando, en 1814, Fernando VII – El Deseado- aplastó la posibilidad de modernización de España surgida de la Constitución de 1812 mientras el pueblo español le jaleaba al grito de ¡vivan las “caenas”! Por supuesto que al Deseado actual –llámese Mariano, Alfredo u otra cosa- habría que jalearle incorporando la vigente sensibilidad autonómica, utilizando gritos del tipo ¡viva Gürtel! ¡vivan los ERE de Andalucía! ¡visca el Palau de la Música Catalana! Pero, en cualquier caso, las diferencias serían más de forma que de fondo.
Una salida del euro, tanto si es por iniciativa propia como si es porque los países del norte se hartan de convivir con los del sur, sería desastrosa para España. Implicaría, como acertadamente señalaron Jesús Fernández-Villaverde, Luis Garicano y Tano Santos en EL PAÍS el pasado mes de junio, no sólo una vuelta a la España de los 50 en lo económico, sino un retorno al caciquismo y a la corrupción en lo político y en lo social que llevaría a fechas muy anteriores y que superaría con mucho a la situación actual, que ya es muy mala. El calamar vampiro, reducido a chipirón, sería cabeza de ratón en vez de cola de león, pero eso nuestra clase política lo ve como un mal menor frente a la alternativa del harakiri que suponen las reformas. Los liberales, como en 1814, serían masacrados –de hecho, en los dos partidos mayoritarios, ya se observan movimientos en esa dirección.
El peligro de que todo esto acabe ocurriendo en un plazo relativamente corto es, en mi opinión, muy significativo. ¿Se puede hacer algo por evitarlo? Lamentablemente, no mucho, aparte de seguir publicando artículos como éste. Como muestran todos los sondeos, el desprestigio de la clase política española es inmenso, pero no tiene alternativa a corto plazo. A más largo plazo, como explico a continuación, sí la tiene.

Cambiar el sistema electoral

La clase política española, como hemos visto en este artículo, es producto de varios factores entre los que destaca el sistema electoral proporcional, con listas cerradas y bloqueadas confeccionadas por las cúpulas de los partidos políticos. Este sistema da un poder inmenso a los dirigentes de los partidos y ha acabado produciendo una clase política disfuncional. No existe un sistema electoral perfecto -todos tienen ventajas e inconvenientes- pero, por todo lo expuesto hasta aquí, en España se tendría que cambiar de sistema con el objetivo de conseguir una clase política más funcional. Los sistemas mayoritarios producen cargos electos que responden ante sus electores, en vez de hacerlo de manera exclusiva ante sus dirigentes partidarios. Como consecuencia, las cúpulas de los partidos tienen menos poder que las que surgen de un sistema proporcional y la representatividad que dan de las urnas está menos mediatizada. Hasta aquí todo son ventajas. También hay inconvenientes. Un sistema proporcional acaba dando escaños a partidos minoritarios que podrían no obtener ninguno con un sistema mayoritario. Esto perjudicaría a partidos minoritarios de base estatal, pero beneficiaría a partidos minoritarios de base regional. En cualquier caso, el rasgo relevante de un sistema mayoritario es que el electorado tiene poder de decisión no solo sobre los partidos sino también sobre las personas que salen elegidas y eso, en España, es ahora una necesidad perentoria que compensa con creces los inconvenientes que el sistema pueda tener.
Un sistema mayoritario no es bálsamo de Fierabrás que cure al instante cualquier herida. Pero es muy probable que generase una clase política diferente, más adecuada a las necesidades de España. En Italia es inminente una propuesta de ley para cambiar el actual sistema proporcional por uno mayoritario corregido: dos tercios de los escaños se votarían en colegios uninominales y el tercio restante en listas cerradas en las que los escaños se distribuirían proporcionalmente a los votos obtenidos. Parece ser que el Gobierno “técnico” de Monti ha llegado a conclusiones similares a las que defiendo yo aquí: sin cambiar a una clase política disfuncional no puede abordarse un programa reformista ambicioso. Y es que, como le oí decir una vez a Carlos Solchaga, un “técnico” es un político que, además, sabe de algo. ¿Para cuándo una reforma electoral en España? ¿Habrá que esperar a que lleguen los “técnicos”?
César Molinas publicará en 2013 un libro titulado “¿Qué hacer con España?”. Este artículo corresponde a uno de sus capítulos.

FUENTE:http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html

" ES LO QUE HABRIA QUE HACER EN ESPAÑA SI TUBIERAMOS UN GOBIERNO CON COJONES ,NACIONALIZAR TODAS LAS COMPAÑIAS ELECTRICAS,LLENOS TODOS SUS CONSEJOS DE ADMINISTRACION DE RETIRADOS DE LA POLITICA COBRANDO AUTENTICAS FORTUNAS Y QUE HACEN QUE PAGUENOS LA ENEGIA A PRECIO DE ORO ,O TENDREMOS QUE ALUMBRARNOS CON CANDIL"

En las regiones de La Paz y Oruro

Evo Morales expropia cuatro filiales de Iberdrola en Bolivia

El presidente de Bolivia, Evo Morales, en una rueda de prensa el 20 de diciembre. | EfeEl presidente de Bolivia, Evo Morales, en una rueda de prensa el 20 de diciembre. | Efe
  • Toma la 'medida para que las tarifas de servicio eléctrico sean equitativas'
  • La diferencia de precios entre el ámbito rural y urbano es más del doble
  • La compensación a Iberdrola provendrá de una tasación 'independiente'
  • El mandatario ya expropió en mayo las acciones de Red Eléctrica Española
El presidente boliviano, Evo Morales, ha decretado este sábado la expropiación de las acciones de la española Iberdrola en dos distribuidoras de energía eléctrica en las regiones de La Paz y Oruro, una empresa de servicios y una gestora de inversiones.
"Nos hemos visto obligados a tomar esta medida para que las tarifas de servicio eléctrico sean equitativas en el departamento de La Paz y Oruro y la calidad de servicio eléctrico sea uniforme en el área rural y urbana", ha afirmado Morales.
Iberdrola, a través de su filial Iberbolivia, posee el 89,5% de las acciones en la Empresa de Electricidad de La Paz (Electropaz) y el 92,8% en la Empresa de Luz y Fuerza de Oruro (Elfeo).
Según el decreto leído por Morales este sábado en una comparecencia no anunciada, la estatal Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) asumirá el control de las cuatro empresas nacionalizadas en representación del Estado boliviano.

La compesación de la empresa

Al igual que en anteriores expropiaciones, se dispuso también que la compensación a Iberdrola provendrá de una tasación realizada por una "empresa independiente (...) en el plazo de 180 días hábiles".
"En resguardo del interés público, el gerente general de ENDE contará con el apoyo de la fuerza pública para garantizar la continuidad de la distribución eléctrica" en La Paz y Oruro, agrega el decreto.
Morales ha justificado que hay una brecha grande entre las tarifas urbanas y rurales en estos departamentos, por lo que se decidió la "nacionalización" de las distribuidoras eléctricas.
"Esta medida garantizará el derecho igualitario de los ciudadanos que viven en el área rural, precautelando su economía con tarifas equitativas y un servicio de calidad uniforme. Lamentablemente nos han dejado unas diferencias enormes entre el área urbana y rural", ha aseverado el mandatario.
El líder boliviano ha citado el caso de La Paz, donde la tarifa eléctrica urbana en promedio es de 0,63 bolivianos (0,09 dólares) por kilovatios/hora, mientras que en el área rural es de 1,59 bolivianos (0,23 dólares), más del doble.
Las firmas expropiadas son dos de las principales distribuidoras de electricidad en La Paz, Electropaz, y en Oruro, Elfeo, además de la empresa de servicios Edeser y una gestora de inversiones.

Otras nacionalizaciones

El 1 de mayo, Morales ya promulgó un decreto para la nacionalización del paquete de acciones de la Transportadora de Electricidad SA (TDE), filial de Red Eléctrica Española (REE), que opera desde 1997 en Bolivia y ordenó a las Fuerzas Armadas custodiar las instalaciones de la firma.
Suele ser el primero de mayo cuando el líder boliviano anuncia nacionalizaciones o al menos así lo ha hecho en los seis años de su gobierno hasta ahora.
La expropiación de las acciones de Red Eléctrica Española coincidió con la nacionalización, el pasado 16 de abril, del 51% de las acciones que controlaba Repsol en la petrolera argentina YPF. En aquella ocasión, Cristina Fernández de Kirchner realizó el anuncio en medio de una salva de aplausos y de himnos patrióticos.
Morales ya expropió en 2010 las acciones de cuatro empresas generadoras de electricidad, incluidas dos filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec, que inició un arbitraje a Bolivia en la Corte de La Haya por esa medida.
Además de las eléctricas, el mandatario ha nacionalizado una quincena de empresas de hidrocarburos, cementos y minas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006.


  Comentarios 


  1. Por si no quedo claro, quiero dejar sentado que el Senor Evo Morales, Chaves, Kirchner todos bajo la tutela de Castro, son en realidad una panda de delincuentes refugiados en supuestas ideas socialistas para defender los derechos de sus pueblos...Los invito a que visiten estos paises, no como turistas con dolares, solo como caminantes en busca de vivir la vida de sus pueblos...no teneis ni idea de lo que es eso. A los pseudos izquierdistas los mandaria a trabajar como uno mas del pueblo y os aseguro que abrazaran hasta las teorias de George Bush. Privatizar es dinero para mis cuentas en Suiza. He vivido y trabajado en estos paises, no me mueve ningun interes politico.



  2. Esto ocurre como cuando el marido discute casi todos los días con su mujer, que, al final sale perdiendo toda la familia y viene otro de fuera a quitar lo poco bueno que tenían. En España seguimos luchando unos contra otros, a causa de provocadores que no descansan y mientras, los extranjeros ven nuestras debilidades y se aprovechan de ellas. ¿Vamos a seguir así hasta destruirnos los unos a los otros? ¿Será el señor Rajoy capaz de poner orden, disciplina y autoridad, para lograr que vuelvan a respetar a España como un país que suma el poder de todas las comunidades autónomas?



  3. #62 A españa no viene a trabajar nadie campeón, a ver si te enteras! Se van, se van a trabajar a otro sitio los españoles. Entérate, que parece que vives en una nebulosa!.



  4. Otro ladrón, aclamado por todos los progres de aquí, que le ríen las gracias. Y con el PP al mando, que tiemblen...con lo machotes que son, seguro que nos siguen expropiando, y Marianin, sigue con el dialogo y toda la pamplina. Menudo atajo de cobardes, sin fronteras. Aquí se nos decojonan en la cara, antes con el mierdecilla de ZP, y ahora con el mierdecilla de Marianín.
FUENTE: http://www.elmundo.es/america/2012/12/29/noticias/1356790788.html

jueves, 27 de diciembre de 2012

" ESTO CONFIRMA LO QUE YA SABEMOS TODOS LOS ESPAÑOLES, QUE ESTA ES UNA DEMOCRACIA CORRUPTA LLENA DE POLITICOS LADRONES COMPINCHADOS CON JUECES Y FISCALES CORRUPTOS "

Nota del Sindicato Unificado de Policía

Policías denuncian que no se combate la 'corrupción política' en Cataluña

  • El SUP acusa a 'El País' de exigir sanciones para 'policías decentes'
  • Denuncia que hay medios de comunicación que 'protegen' a los corruptos
El Sindicato Unificado de Policía ha difundido una nota en la que denuncia que no se está investigando de forma suficiente la corrupción política en Cataluña y en la que acusa al diario 'El País' de exigir sanciones para "los policías decentes" con el fin de que "puedan seguir campando a sus anchas los corruptos".
"Muchos policías, y nosotros como organización sindical, tenemos la impresión de que no se ha combatido la corrupción en general, la corrupción política en particular y en especial en Cataluña con el rigor que exigen las leyes, y que es posible que esa laxitud haya sido como moneda de cambio para que se mantuviera un perfil político bajo de demandas políticas independentistas en dicho territorio", señala el escrito del SUP.
Según afirma la nota del SUP, "en España se ha instalado la corrupción ampliamente y ningún ámbito de la sociedad es impermeable". Y añade: "Los ciudadanos lo intuyen y nosotros lo sabemos porque tenemos indicios sólidos de ello".
La nota del SUP se titula 'La partida de la democracia' y está escrita como carta abierta en respuesta a un editorial del diario 'El País' publicado este jueves, titulado 'La partida de la porra' y en el que el periódico aborda las investigaciones policiales y periodísticas que han destapado los recientes escándalos de corrupción relacionados con dirigentes de CiU.
En su editorial, el diario de Prisa critica directamente al SUP por defender "la necesidad de llevar a cabo investigaciones policiales sin tutela judicial" y denuncia "como hecho palpable" la existencia de "fuerzas policiales que operan en la sombra ajenas a todo control y de la que ninguna autoridad sale fiadora".
"Desde el SUP defendemos que policías decentes, sujetos a la ley y bajo el control y dirección de las autoridades judiciales combatan a la corrupción desde la legalidad", responde el SUP en su nota. Y añade: "Pero si se diera el caso de que la corrupción impide esa tarea será cuestión de buscar otros procedimientos, como se hizo en la clandestinidad, que contribuyan a que la Constitución y las leyes imperen por encima de los corruptos que las utilizan y los medios de comunicación que los protegen".
La nota del SUP recuerda que "a principios de los ochenta, el diario 'El País' y su director entonces, Juan Luis Cebrián, se destacaron por apoyar (junto con 'Diario 16') los movimientos sindicales entonces clandestinos en la Policía". Según señala el SUP aquellos movimientos sindicales "eran ilegales pero entendía el diario entonces progresista que eran necesarios cambios en las normas y procedimientos para que España fuera una verdadera democracia".
"Entonces 'El País' era altavoz de esos movimientos sindicales y no solo no criticaba que fuera una voz alternativa a la oficial de la Policía sino que la alentaba y le daba cauces de expresión, por considerar que la libertad de expresión, la democracia y la policía civil con sindicatos era consustancial al modelo democrático", señala la nota del SUP.
El sindicato policial reafirma su compromiso de "actuar jurídica y sindicalmente para combatir la corrupción" y a continuación concluye: "Ya sabemos que en esta situación el diario 'El País' estará exigiendo a los responsables políticos que identifique y sancione a los policías decentes para que puedan seguir campando a sus anchas los corruptos".


COMENTARIOS DE LA NOTICIA

  1. Esto pasa por no ser independiente, por venderse a un cargo y a un sueldo, porque son muchas, pero muchas, empezando por ciertas explosiones en unos trenes, que nadie abre la boca, nadie señala con el dedo, y a la hora de ir al trullo, le salvan el trasero al jefe, como ocurrió con el GAL. Les tendrán bien pillados por abajo, para que se tape tanta y tanta corruptela, como lo ocurrido con los policías catalanes que le dieron una paliza a un ciudadano, les condenaron, y el Gobierno Español indultó, y es que el miedo está en tirar de la manta, y unos tapan las vergüenzas de los otros.

  2. @elcole #162 Sí, efectivamente, algo huele mal: el Grupo Prisa y ciertos políticos catalanes. No es que huelan mal, no, que va: apestan.

  3. #141 y demás alusiones. El tiempo me dará la razón, mientras creeros TODO lo que dicen los medios



  4. Estas campañas periodísticas coincidentes con elecciones son en verdad muy sospechosas, pero tambien son muy saludables y hasta imprescindibles en democracia, con una única condición. QUE DIGAN LA VERDAD. Estoy agradecido a los que denUnciaron la Gurtel, el caso Campeón o el de los dineros de los Mas-Pujol-Ferrusola. Pero si Pepiño o los Pujos son inocentes, no que la justicia les declare inocentes, porque nuestra justicia ya sabemos como es, si no inocentes de verdad, de que no haya prueba en su contra. Pues en ese caso el periódico que haya puesto verde al que sea lo tiene que pagar muy, MUY CARO. Y debe conllevar tema penal si es con interés de manipulación electoral. Yo los de los Pujol lo tengo clarísimo, aplaudo al MUNDO porque creo que dice VERDAD.



  5. Claro y en Madrid menos, y en Valencia son todos corruptos, y en Castilla la mancha la cospedala tiene la gente de su servicio doméstico con paga de fuincionarios. Todo es una mierda. Que cierren España



  6. para Oscar 10 ¿Usted no se ha dado cuenta que en España no se han publicado los nombres de los que aparecían en el famoso CD de las cuentas en Suiza? La policía no puede hacerlo. Apoyo a la Policía mil veces mas que a la caterva de chorizos que parece Vd apoyar.



  7. @cienmiluno Estado de derecho en Cataluña? Pues va a ser que no. Los independentistas tienen al poder judicial en su bolsillo. Los jueces lo justifican con el cazo y con una Cataluña independiente.

 http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/27/espana/1356612028.html
FUENTE:

" MAS TERRORISMO DE ESTADO, HACER PAGAR MAS CAROS LOS BILLETES DE TREN A LAS CLASES MAS DESFAVORECIDAS PARA QUE LOS RICOS VIAJEN MAS BARATO EN EL AVE"

Transporte

Renfe baraja subir un 6% los billetes de Cercanías y trenes regionales

Europa Press. Madrid| 26/12/2012 a las 20:06   
La revisión de estas tarifas, que duplica a la inflación, está previsto que se apruebe este jueves.

Llegada del tren de Cercanías a la estación de Casetas .. P. F.
Renfe baraja aplicar una subida media del 6% a los billetes de tren de Cercanías y a los de Media Distancia convencional, los servicios regionales, según informaron fuentes del sector. La revisión de estas tarifas, que duplica a la inflación (2,9% en noviembre), está previsto que se apruebe en Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos este jueves.

La subida de precio de estos trenes, considerados de servicio público, es no obstante inferior a la del 10,9% que se aplicó este año. El aumento entró en vigor a partir del pasado 1 de mayo por coincidir el cambio de año con el relevo de gestores en la operadora pública derivado del cambio de Gobierno.

El aumento histórico de 2012 sucedió a los incrementos de entre el 3,1% y el 6,28% que los trenes de Cercanías se anotaron entre 2007 y 2011, entre un 3,1% y un 5% en el caso de los billetes de regionales. En cuanto a la subida prevista para 2013, aún no se ha fijado la fecha en la que las subidas entrarán en vigor, dado que el Gobierno actualmente ultima la reestructuración del servicio de trenes regionales.

Respecto al resto de trenes de Renfe, los de Alta Velocidad y Larga Distancia, que no cuentan con consideración de servicio público, la compañía está a la espera de definir el nuevo sistema de tarifas que, según anunció la ministra de Fomento, Ana Pastor, la pasada semana, se presentará en enero y permitirá ofrecer billetes de AVE "más asequibles".

La subida de los billetes de Cercanías y Media Distancia convenional será igual al incremento extraordinario del 6% que se aplicará a las tarifas de los autobuses interurbanos, y 3,6 puntos porcentuales superior al aumento del 2,40% que registrará el peaje de las autopistas. El servicio de Cercanías, que Renfe presta en un total de doce núcleos de población, y el de Media Distancia son los que más viajeros transportan.

Cercanías transportó 412,6 millones de pasajeros en 2011, un 3% más que en 2010, según datos de la operadora, mientras que Media Distancia prestó servicio a 32,5 millones de usuarios, los mismos que en el año anterior. En ambos casos superaron a los casi 23 millones de pasajeros del AVE.
¿Te ha interesado la noticia?(58 %)No(42 %)

  • SEIS MILLONES DE PARADOS, los salarios a nivel de hace quince años, perspectivas peor que malas, y los precios a nivel del año 2012 y subiendo. ¿ Abrá que empezar a cortar orejas de mal nacidos?

    Soy usuaria de la linea a Teruel y me parece una verguenza que suban el billete. ¿no se dan cuenta que el tren lo usan personas mayores o con un poder adquisitivo medio que no pueden permitirse tener coche? Una verguenza de país
  • Este Pais, está gobernado, por un regimiento de MAJARETAS.


    me encanta la censura del Heraldo de Aragon, si digo que Renfe y Adif son unos mangantes, los primeros por subir las tarifas despues de anunciar que bajan el AVE con su habil maniobra de publicidad y los cercanias los suben despues de una infraestructura que pagamos todos, y Adif con sus chanchullos inmobiliarios y especuladores. Se piensan que estan por encima de la ley y lo mas grave es asi parece porque nadie se atreve a tocarlos.

  • A ver si tambien mejoran el servicio al cliente.Sobre todo en los de Media Distancia.No es de recibo que tengas que coger un tren para Valencia a las 7h.30m,en pleno invierno u otoño, y no puedas tomarte un café calentito porque la única máquina de bebidas solo es para bebidas frías.¡ Tanto presumir de AVE y no son capaces de sustituir esas máquinas por otras de bebidas calientes en temporada otoño-invierno¡.Y hablan de rentabiliidad.ADIF no se gasta un euro en Aragón.En la línea Zaragoza-Valencia solo parchea,con el dinero que aporta Aragón al convenio con Renfe.Renfe-Adif solo pone los trenes ya gastados en otras regiones.

  • NO ESTA MAL, FAVORECER A LA GENTE PUDIENTE,PARA FASTIDIAR A LAS PERSONAS TRABAJADORAS. ! QUE PAIS!

  • Hasta que no se privatice renfe no hay solución, Están acostumbrados a vivir de las subvenciones y el viajero no le importa nada. ganan mucho más dinero si los trenes van vacíos ya que para que se llenen hay que poner horarios y precios razonables y eso tiene un coste elevado ya que hay que pagar al personal dietas por dormir fuera de casa ya que todos los empleados suelen tener la residencia en una gran ciudad. El modelo de tren regional subvencionado está muerto y cuanto antes lo entierren mejor. No se puede tirar el dinero a la basura de esa manera. Sale mucho más barato contratar taxis Mercedes de lujo para subir los viajeros a Jaca o traerlos de Caspe que poner esos trenes.
  • pues nada seguiremos usando el autobus q es mas economico  aunque al ecologista de Bicicleto le pese y por cierto subimos el precio del tren y como no lo coje nadie ya tenemos
    la exusa para cerrar lineas

    Claro que sí, qué bien hecha las cuentas el PP!!!! A subir el doble de lo que marca el IPC los trenes de Cercanías y Media Distancia que usa la gente normal para poder compensar la bajada de los AVE, mayoritariamente usados por la gente que se puede permitir pagarlos. Regrasamos al feudalismo... el Estado como instrumento para beneficio de las élites dominantes


    Pues nada, la muerte de los pocos trenes regionales que quedan, si ya eran pocos usados ahora ni te cuento.

FUENTE: http://www.heraldo.es/noticias/nacional/2012/12/26/renfe_baraja_subir_billete_cercanias_los_trenes_regionales_216436_305.html



domingo, 23 de diciembre de 2012

" UN GRAN ARTICULO QUE TODOS DEBERIAMOS LEER, SOBRE TODO LOS QUE QUIEREN DESVIRTUAR LA HISTORIA DE ESPAÑA"




  • “El nacionalismo se remedia, en último extremo, con la Guardia Civil”

    “El nacionalismo se remedia, en último extremo, con la Guardia Civil”
    24 comentarios GONZALO ALTOZANO
    Su último libro, España contra España, es una síntesis de nuestra Historia que, al revés que otras, ha de leerse de adelante para atrás, o sea, desde nuestros días hasta la II Guerra Púnica, cuando Roma firmó el acta de nacimiento de España. Para Moa, lo relevante es lo ocurrido, no lo que pudo haber sido, menos todavía lo que debió ser. El libro es a ratos la crónica de una decadencia y caída, a ratos la epopeya de unos españoles que hicieron lo que pudieron y pudieron mucho.
  • -¿Tenía razón Alfonso Guerra cuando dijo que a España no la reconocería ni la madre que la parió?
    -El PSOE ha transformado España de manera enorme, pero para mal. Lo peor es que a la botaratada de Guerra ha contribuido también la derecha, incluida la conservadora.
    -¿De qué manera?
    -Renunciando a la batalla de las ideas, entre otras cosas porque ya no les quedan ideas, salvo la de que la economía lo es todo, y a saber qué entienden por economía.
    -¿Es eso una forma de hispanofobia?
    -La hispanofobia, que se basa en la ignorancia o en la desvirtuación de la historia, es una enfermedad moral, de las causas primeras de la crisis que vivimos. Porque cuando un pueblo no conoce su historia o tiene una idea extravagante de la misma no puede construir nada, solo destruir.
    -De ahí que exija una clarificación del franquismo y de la guerra civil, y no solo en el espacio académico.
    -Los motivos a los que me refiero son inmediatos, de tipo político. Porque, insisto, una política que no parta de la realidad histórica es una política en el vacío. Hay que dejar claro que la democracia viene del franquismo, no de la situación política anterior -la II República-, que fue desastrosa.
    -¿Acertó el pueblo cuando para expresar una situación caótica acuñó la expresión “¡Esto es una república!”?
    -La frase resume muy bien la impresión que causó aquel régimen tan bien descrito por uno de sus protagonistas: “política de amigachos, tabernaria, de codicia y botín, sin ninguna idea alta”. El retrato, ya ve, sirve para nuestra despreciable casta de hoy; la cosa viene de lejos.
    -Apunta a la confluencia de separatistas, revolucionarios y regeneracionistas como causa última de la guerra civil.
    -No es que el regeneracionismo se pusiera de acuerdo con los otros dos, ni muchísimo menos, más bien al contrario. Sin embargo, compartía, sobre todo con el separatismo, la misma idea de fondo: que la de España era una historia absurda, enferma, anormal, con lo que había que liquidar toda tradición y herencia.
    -¿Otra guerra civil es posible?
    -Mucho tienen que empeorar las cosas. La situación hoy -nacional e internacional- es distinta que la de entonces. De todas formas, para remediar el nacionalismo en el País Vasco y en Cataluña no hace falta una guerra; basta, en último extremo, con la Guardia Civil y la suspensión de la autonomía. Y subrayo lo de en último extremo.
    -Nuestra fama de cainitas nos precede.
    -Y no debería ser así, pues el guerracivilismo en España es algo reciente. Del siglo XVI al siglo XVIII, ambos incluidos, España fue quizás el país más estable de Europa.
    -Pero llegó el siglo XIX...
    -Y con él la primera gran guerra civil, entre liberales y tradicionalistas; luego se librarían otras dos, pero ya la inestabilidad vendría marcada por las dos facciones liberales, los moderados y los exaltados. Y esta tensión conduciría, ya en el siglo XX, a la guerra del 36.
    -Con la Restauración a modo de paréntesis.
    -Aquel fue, en líneas generales, un régimen muy positivo que permitió a España recuperarse del desastre que había el siglo XIX.
    -¿Qué falló?
    -Su incapacidad para afrontar, sobre todo a partir del 98, una serie de retos en forma de ideas utópicas con soluciones de tipo dictatorial. A esto hay sumar la traición de los intelectuales. Porque un régimen privado de respaldo intelectual está condenado al fracaso.
    -Los siglos XVIII, XIX y XX amanecieron con unas crisis que parecían prefigurar el finis hispaniae y, sin embargo, lograron recuperarse. El siglo XXI ha comenzado de la misma manera. ¿Saldremos adelante?
    -Espero que sí. Lo curioso es que la crisis de ahora es mucho más llevadera que las de entonces y, sin embargo, las gentes no tienen nada que ver. Aquellas fueron generaciones espléndidas. La actual, en cambio, tan pancista, tan poco dada al sacrificio, tan incapaz de articular una alternativa clara, da la impresión de no ser capaz de afrontar unos desafíos de menor enjundia.
    -El caldo de cultivo para el cirujano de hierro.
    -Que no es, en absoluto, la respuesta. La solución ha de ser regeneración democrática y garantía de la unidad de la nación. Esas tienen que ser las bases de cualquier programa político que pretenda sacar a España de la crisis. Si no, seguiremos despeñándonos.
    -A propósito de hombres fuertes, en su libro los espadones no salen mal librados.
    -Desde el siglo XVIII y a lo largo de mucho tiempo, los militares en España eran los únicos que sabían de ciencia. Los había brutos como Espartero, pero los políticos tampoco eran una maravilla. En cualquier caso, los espadones fueron el resultado de la debilidad e inoperancia de los políticos, el último recurso de estos cuando llegaban a la conclusión de que la cosa no tenía remedio.
    -Otro al que devuelve a su justa dimensión es Felipe V, tan desfigurado por los nacionalistas.
    -Felipe V sacó a Cataluña de la miseria a la que le habían condenado la oligarquía y los fueros. Y gracias a eso Cataluña prosperó.
    -O sea, que todos los años los nacionalistas tendrían que hacerle una ofrenda floral como la que le hacen a Rafael Casanova.
    -Si amaran a Cataluña, sí. Pero la odian porque siempre ha sido española. Por eso tienen que falsear historias como la de Casanova, de quien callan que peleó “por la libertad de toda España”.
    -Contra España les sirve todo, por descontado la leyenda negra.
    -No es raro que un país tenga su leyenda negra, lo que llama la atención es la persistencia del caso español.
    -¿A qué se debe?
    -A que durante siglo y medio España mantuvo a raya hasta marcarles sus límites expansivos a tres enemigos -el Imperio Otomano, los protestantes, Francia- que, por separado y en muchos aspectos, eran más poderosos que nosotros, lo que generó un rencor que, bien por inercia, bien por interés, dura hasta hoy.
    -Uno de los pilares de la leyenda negra afecta a la conquista de América.
    -No parece haber precedentes de un conjunto de empresas semejantes, con tal intensidad, continuidad y escasez de medios. Fue algo colosal, extraordinario.
    -¿A los conquistadores les movía solo la codicia?
    -Claro que había sed de oro, pero más todavía de fama, de honra, de hazañas. Y de evangelización.
    -Queda la huella española.
    -Ciudades, obras públicas, universidades, una lengua, una religión...
    -Y una inestabilidad política diríase endémica.
    -Pero eso no es resultado de la colonización, sino de la descolonización. O de lo mal que se hizo la descolonización, por otro lado inevitable. La presencia española en América supuso una estabilidad de tres siglos.
    -O sea que los problemas...
    -Llegaron después y de la mano de los criollos que, siendo españoles, se empeñaron en destruir su pasado, lo que les condenó a trabajar en el vacío, a “arar en el mar”.
    -Son los peligros, supongo, de jugar con explosivos.
    -Eso, un programa de demoliciones, quería Azaña para España y lo que al final hizo volar por los aires fue a la izquierda y con él dentro.
    -Por cierto, Azaña despachó la Monarquía Hispánica con una de sus frases.
    -“Un imperio de mendigos y frailes, aliñado con miseria y superstición”. Y lo decía él, una calamidad en la Historia de España.
    -Y, sin embargo, hombre inteligente.
    -Y con cierto conocimiento de la Historia. Lo que hace más incomprensible la estupidez. Será que tenía razón Orwell: “para sostener cierta clase de tonterías se precisan estudios superiores”.
    -Con la universidad hemos dado.
    -En mi opinión, la raíz de la decadencia española está en la pérdida de calidad de su enseñanza superior. La grandeza de una época se mide por sus personajes de relieve, que son, a su vez, resultado de, entre otras cosas, una cierta educación. Ahí tenemos el siglo XVI, cuando España era uno de los países más ilustrados de Europa, con una larguísima nómina de figuras, asombrosa para un país tan poco poblado.
    -¿En qué momento se torció la cosa?
    -En el siglo XVII. Es entonces cuando nos aferramos a la tradición pero de la manera más miserable, generando cierto pánico hacia las novedades, nosotros, que siempre habíamos estado abiertos. Y así, sin reponernos, hasta hoy.
    -Y en retroceso, porque en Salamanca hay profesores de Historia que suspenden a los alumnos que hablen de Reconquista.
    -Es el imperio de la estupidez. Y contra la estupidez, ya lo decía Schiller, los mismos dioses luchan en vano. Lo que no quiere decir que no haya que denunciar que la historiografía en España está en manos de una madarinato intelectualmente mediocre y moralmente ruin.
    -El día menos pensado, si no han perpetrado ya el nombramiento, hacen a Juan Luis Cebrián doctor honoris causa.
    -Quien en un artículo arremetió contra la “insidiosa Reconquista”. El Siglo de Oro prueba que la elevación intelectual no tiene límites y lo de Cebrián que la estupidez tampoco los tiene. No sé, es como si en España hubiera un campeonato por ver quién dice más sandeces sobre nuestra historia.
    -En aquel artículo Cebrián lloraba la pérdida de España... pero la de las tres culturas.
    -Que nunca fue porque en ocho siglos apenas hubo intercambio de culturas, tan estancas eran. Los musulmanes querían acabar con los españoles y los españoles expulsar a los musulmanes. Y en medio, los judíos, que políticamente no pintaban nada y culturalmente alcanzaron cierto desarrollo, si bien dentro de su comunidad.
    -¿Y es casual que este año se haya celebrado por todo lo alto el bicentenario de la Constitución de 1812 y se haya guardado silencio institucional sobre Las Navas de Tolosa en su ochocientos aniversario?
    -Es significativo de por dónde va nuestra casta política. En Las Navas de Tolosa, España no solo decidió su destino, sino en buena parte el de Europa, pues el designio de los musulmanes era llegar hasta Roma. Y en cuanto a la Constitución de 1812, positiva a pesar de sus fallos, apenas entró en vigor, con lo que decir que España nace en Cádiz es una tontería.
    -Entonces ¿cuándo surge España como nación?
    -Con Leovigildo y el reino visigodo de Toledo, crucial en nuestra historia pues es la primera vez que España aparece como una comunidad cultural bastante homogénea y con estado propio. Sin esto no habría sido posible la Reconquista y el legado cristiano hoy en España sería arqueológico.
    -¿Quiere decir que ya en Covadonga Pelayo tenía la idea de recuperar España?
    -La Crónica Mozárabe, de 754, tan próxima a la invasión, conceptúa esta como “la pérdida de España”, idea que justificaba implícitamente la lucha por recobrarla. Por más que la palabra “reconquista” apareciera -por escrito- en el siglo siguiente, el concepto debió de estar presente ya desde el comienzo.
    -Recordando lo que fuimos y padeciendo lo que somos, ¿no siente la tentación de decir con don Estanislao Figueras...?
    -“Estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Con la actividad de los malos y la pasividad de los buenos... no diría yo que no.

    FUENTE:http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/%E2%80%9C-nacionalismo-se-remedia-ultimo-extremo-guardia-civil%E2%80%9D-20121223


    COMENTARIOS DE LOS LECTORES DE " LA GACETA"



    • Totalmente de acuerdo que la decadencia que tenemos se debe a la falta de calidad de los estudios superiores. Las Universidades se han convertido en fábricas de tontos, y tenemos el doble de universitarios que Alemania y eso que tenemos la mitad de la población.
      .
      Por otra parte, no se puede tener una buena universidad si antes no se ha tenido un buen bachiller.
      .
      España sigue enferma de titulitis; si no se tiene un título no se es nadie; y con él tampoco; tan poco sirve que se precisa un "máster". Y aún así, ya veremos; todos quieren ser funcionarios. Y antes, militares o curas; o toreros, que más cornás da el hambre.

    • La guardia civil no es el último recurso frente al nazionalimo; debería serlo el primero. El último será el ejército, que para eso está. Además, tienen ambas instituciones su carga simbólica, y con lo cobardes que son esos valientes insultadores, seguro que como los vean en la calle salen despavoridos hacia Suiza o donde quiera escondan el dinero que extorsionan y defraudan.
      .
      Buena parte de nuestros males, de esa leyenda negra interior que tenemos tiene que ver con esa alianza no sólo tácita, sino ideológica, de la progrez con el nazionalismo, y ambos nazis. Y a ello habría que sumar la cobardía patológica que incurre en traición, como por desgracia asistimos estos días, de una derecha incapaz de elaborar un discurso y que se esconde para permitir calles a Carrillo, por ejemplo.
      .
      Grandes aniversarios de nuestra historia pasan desapercibidos; incluso el aniversario de "la pepa" tan cacareado. Desde las Navas de Tolosa, la conquista de Melilla, Menéndez Pelayo, etc. precisamente por esa convergencia de cobardía (derecha) y traición (izquierda). En vez de "España" se habla de "marca España"; en vez de proyección internacional, se habla despectivamente de Europa y del euro como esa izquierda del "no a Maastricht". España se ha vuelto paleta, muy paleta, a pesar de tanta universidad. Ese es uno de los factores a considerar.

    • no estoy de acuerdo, el primero sería: el ministerio de hacienda, el segundo el ministerio de justicia, el tercero el ministerio de interior y ya por último el ministerio de defensa.

    • El peor enemigo siempre es el interno... Faltan líderes valientes, honrados, y que no miren tanto por su bolsillo; pero claro, eso requiere unos principios morales muy firmes. "Y cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la Tierra?". No hay que tener muchas luces para hallar implícita la respuesta.

    • Puede que de la Universidad no salgan todos hechos unos genios, pero salen lo suficientemente preparados para no creerse segun que, y sobre todo con el criterio suficiente para saber distinguir lo autentico de lo falso, para saber distinguir a los cantamañanas............

    • Me da que este autor es más de ficción y fantasia que de historia

    • Este personaje no perteneció en su dia al GRAPO ?
      De aqui debe venir su añoranza por la Guardia Civil.
      Sus ideas antes no valian y ahora si.
      No se la solución, pero a la fuerza seguro no aumentara la españolidad de los catalanes, creo sera al contrario.

    • estoy con Pio Moa, el gato escardado del agua fría huye, había que escardar a más de uno para que se le pudieran arrancar las plumas sin demasiado esfuerzo.

    • sencillamente, creo que usted puede que aprendiera a escribir, pero aun no sabe leer

    • algunos de los comentaristas de ete foro, escriben como corderos iletrados corriendo detrás del supuesto lobo.