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- A TRAVÉS DEL INSTITUTO DE LA MUJER
- Rajoy dedica 600.000 euros a disparatados estudios 'de género'
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FERNANDO DÍAZ VILLANUEVA
Las administraciones no pagan a
sus proveedores pero queda dinero para emplearlo en el encargo de los
más extravagantes estudios.
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Las administraciones pagan tarde, mal o nunca a sus
proveedores. En el pasado mes de abril la deuda conjunta de
ayuntamientos y autonomías con sus proveedores ascendía a la
escalofriante cifra de 27.000 millones de euros. La situación era tan
extrema que el Gobierno tuvo que poner en marcha un plan de pago que
liquidó cerca de cinco millones de facturas, muchas de las cuales tenían
varios años de antigüedad. Las que todavía no han cobrado son las
empresas eléctricas, que siguen reclamando 400 millones de euros
que el Estado en sus diferentes escalones administrativos les adeuda y
que, sino se pagan, podrían terminar dejando a medio país a oscuras.
Los impagos podrían llevarnos a pensar que la administración está seca
y apenas le llega para liquidar las nóminas de sus casi tres millones
de empleados. Nada de eso, no hay más que echar un vistazo a ciertos
recovecos del BOE. Aunque los proveedores no cobren sigue quedando
dinero en la caja para las subvenciones más variopintas. Sirva como
botón de muestra las que, hace menos de un mes, el Instituto de la Mujer concedió para la “realización de investigaciones relacionadas con los estudios de las mujeres y del género”.
Un total de 597.208 euros muy bien repartidos entre un puñado de investigadores universitarios.
Estas subvenciones, encuadradas dentro del programa “lucha contra la
discriminación”, son personales, se adjudican íntegras a un investigador
que, a cambio, tiene que realizar un estudio de su elección sobre el
tema.
Para el presente ejercicio, año de subidas de impuestos, recortes y sacrificios sin cuento, han sido seleccionados un total de 24 estudios, lo que arroja un promedio de 24.883 euros por estudio,
una cantidad ligeramente superior al salario bruto medio anual en
España, que ronda los 22.000 euros. Con todo, hay diferentes ligas de
investigadores. Hay estudios “económicos”, como el que, por 11.349 euros, va a realizar Antonia Martín,
de la Universidad de Baleares, bajo el título “Influencia del entorno
laboral en la elección, el mantenimiento o el abandono de la lactancia
materna en mujeres primíparas”.
La lactancia en mujeres primíparas no debe ser tan importante como el tema que tratará Luis Álvarez,
de la Universidad de Vigo, en su estudio “Prostitución y medios de
comunicación: construcción de la realidad y recepción de los contenidos
mediáticos”, que al contribuyente le va a salir por la friolera de 41.050 euros, aproximadamente lo mismo que un Mercedes clase E o un Audi A6 recién sacados del concesionario.
Los estudios de Martín sobre las primíparas y de Álvarez sobre la
construcción de la realidad están en los extremos. El importe habitual
suele rondar la horquilla que va de los 20.000 a los 30.000 euros.
Condesas medivales y mujeres ingenieras
Así, nos encontramos con pequeñas joyas que prometen cubrir imperdonables huecos científicos en la “lucha contra la discriminación”
como el que Lourdes Prados, de la Autónoma de Madrid, realizará sobre
“la función social y educativa de los museos arqueológicos en la lucha
contra la violencia de género”. Conocer esa función va a costar al
pagador de impuestos 32.855 euros. Manuel Fernández Bagüés, de la Carlos III de Madrid, va a salir algo más barato: 28.575 euros
por un estudio sobre los “determinantes de las diferencias de género en
la carrera académica”. Si hay suerte, gracias a Fernández Bagüés,
economista de formación, podremos saber por qué las chicas sacan siempre
mejores notas que los chicos.
La economía no es lo único que premia la lotería del Instituto de la Mujer. Elisa Varela, de la Universidad de Gerona, va a recibir 17.710 euros contantes y sonantes
por el estudio “Gobernar con amor. La actuación política de las
condesas catalanas (siglos IX-XII)”. No está del todo claro qué tienen
que ver las condesas del medievo catalán con la “lucha contra la
discriminación”. Habrá que esperar a que Elisa Varela, profesora titular
de Paleografía y de Historia de las Mujeres, nos desvele el misterio.
Si la historia tiene su espacio, ¿por qué no habría de tenerlo la música? Laura Filardo, de la Universidad de Valladolid, va a estudiar a fondo la “transmisión de estereotipos de género a través de la canción y su relación con la violencia de género”. ¿La factura?: 26.911 euros.
Bienvenidos sean para su beneficiaria, no tanto para el contribuyente
y, mucho menos, para Papichulo, protagonista del temazo reggaetón que
hace unos años se adueñó de los 40 Principales.
Rosaura González, profesora titular de Psicología
social en la Universidad de La Laguna, ha escogido un tema más
doméstico. Va a preparar, previo cobro de 19.205 euros, un “estudio longitudinal de la violencia de género” que abunde en las “estrategias para evitar la revictimización de las mujeres en las sucesivas relaciones de pareja”.
Por esa cantidad de dinero tiene que ser muy longitudinal, tanto al
menos como el kilométrico título que la profesora González ha escogido
para su trabajo.
María Eugenia Sánchez, profesora de la Politécnica de
Cartagena, ha sido mucho más breve. “La conciliación como instrumento de
inclusión social de la mujer ingeniera” se llama su estudio cuyo coste
asciende a 28.865 euros. Las mujeres, pero sólo las ingenieras, estarán eternamente agradecidas a la profesora Sánchez. Se sobrentiende que los hombres ingenieros no es necesario que instrumenten la conciliación para incluirse socialmente.
El hombre que sí está incluido, al menos en el grupo bendecido por el aspersor de dinero del Instituto de la Mujer, es Ángel Rodríguez, filólogo, profesor de la Universidad de Vigo y premio “Fermín Bouza Brey” en 2004 por el trabajo “A represión franquista en Ponteareas”. El profesor Rodríguez va a indagar en los “espacios de igualdad y de empoderamiento femenino
en democracia”. El Instituto de la Mujer ha valorado este trabajo en
33.300 euros y el contribuyente se encargará de proveer los fondos.
Hombre también es Enrique Gracia Fuster, catedrático
de Psicología Social en la Universidad de Valencia. Va un poco más lejos
que su homólogo gallego pasando de los “espacios de igualdad” a la “epidemiología espacial
de la violencia de género”. Lo hace, además, por 10.000 euros menos que
el filólogo Rodríguez. Conocer la “epidemiología espacial” en la ciudad
de Valencia va a salir por 23.093 euros. Un impacto
mínimo en los casi 600.000 que el Gobierno ha dotado para la realización
de estudios y algo menor que el impacto que va a causar el estudio de Melchor Fernández, de la Universidad de Santiago. Por 30.000 euros el economista gallego preparará un estudio sobre el “impacto macroeconómico de la discriminación de género”.
Sin duda impactante cantidad que ya quisieran para sí millones de
asalariados en España, en especial los del sector privado que llevan
varios años rebajando sus remuneraciones, o la interminable cola de
autónomos y pymes que esperan a cobrar de alguna administración pública.
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