PROHIBIDO PISAR LAS FLORES
La maraña catalana
El carácter totalitario de la mayoría independentista se ha manifestado desde el minuto uno con dos movimientos inaceptables por su arbitrariedad carente de toda corrección institucional
Cataluña ha pasado del oasis a la maraña, porque cuesta imaginar una situación política más difícil de desenredar que la que debe afrontar el flamante Parlamento autonómico con vocación de asamblea constituyente que se acaba de estrenar. El carácter totalitario de la mayoría independentista se ha manifestado desde el minuto uno con dos movimientos inaceptables por su arbitrariedad carente de toda corrección institucional. El primero, afortunadamente frustrado al final, tal era su descarada grosería, ha consistido en elintento de relegar al conjunto de los partidos respetuosos con el orden legal vigente a las bancadas altas de la Cámara, reservando las primeras filas de ambos lados del hemiciclo a los secesionistas. Menos mal que la maniobra no incluía obligarles a ponerse un brazalete con la bandera española y a usar aseos y restaurante segregados de los utilizados por la raza superior. Semejante barbaridad no ha prosperado porque seguramente los servicios jurídicos de la institución habrán hecho ver a los jefes de las hordas esteladas que el coste del atropello sería excesivo. La segunda, esa sí consumada, ha reservado cuatro de los siete puestos de la Mesa a los independentistas de Junts pel Sí, pese a no contar con mayoría absoluta de escaños. Teniendo en cuenta que un abuso tan brutal ha sido perpetrado por gentes a las que no se les cae de la boca la palabra democracia, es fácil imaginar qué vida de opresión y humillaciones les esperaría a los millones de ciudadanos de Cataluña que no comulgan con el ideario nacionalista en la hipotética República soberana.
Ya a partir de sus pasos inaugurales se demuestra la inviabilidad del proyecto inconstitucional y revolucionario de Mas y sus secuaces. De momento, les resulta imposible ponerse de acuerdo sobre la persona destinada a ocupar la Presidencia de la Generalitat. Lógicamente, la CUP se niega a prestar sus votos para investir a un corrupto que se ha pasado la vida saqueando el erario, bajo las órdenes del Muy Imputable en su juventud y por su cuenta y riesgo en su madurez. Si los votantes de Baños y Fernández vieran sus papeletas utilizadas para mantener en el poder al que perciben con razón como el máximo representante de la podredumbre imperante en las elites empresariales y políticas del país que aspiran a sanear, no se lo perdonarían a sus líderes, que se verían desbordados por la justa cólera de sus tumultuosas bases sociales. Por tanto, Mas está muerto y la única incógnita es cuánto durará su agonía. Si se prolonga demasiado, el desgaste y el desprestigio de la causa independentista serán mayúsculos. Suponiendo que consigan acordar un Presidente, a continuación han de formar un Consell Executiu y presentar un programa de gobierno. Otra misión imposible porque no habrá forma humana de articular una agenda coherente que satisfaga a la vez a liberales pro libre mercado, socialistas marcadamente intervencionistas, comunistas anticapitalistas y anarcocomunistas de tea llameante y expropiación forzosa sin indemnización. No se puede construir una acción presupuestaria y administrativa con mimbres tan dispares y únicamente trabada por la independencia, que, entre otras cosas, es imposible mande quién mande en Madrid.
A la pobre Cataluña le aguardan meses de confusión, frustración y, lo que es peor, de ridículo. La aventura separatista terminará como terminaron las precedentes de Abril de 1931 y de octubre de 1934, como un fiasco completo y de consecuencias desastrosas para los catalanes en los ámbitos político, económico, social y moral. De nuevo, los iluminados apóstoles de la identidad habrán dilapidado el tiempo, los recursos y la reputación de la Comunidad que las urnas les confiaron para solucionar los problemas y no para agravarlos. Prisioneros de su madeja de contradicciones, latrocinios y anacronismos, pasarán a la Historia como una pandilla de irresponsables y de incapaces, sin otro bagaje que su mezquina vanidad y su impostada y mugrienta épica de chiruca, castell y barretina
FUENTE:http://www.gaceta.es/aleix-vidal-quadras/marana-catalana-28102015-1728
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