jueves, 14 de junio de 2012

¡EL DRAMA GRIEGO QUE PRONTO LLEGARA A ESPAÑA!



A esto es a lo que nos están llevando todos estos corruptos de políticos de la Europa unida.

Bienvenidos al Lido, el hotel para griegos pobres

Angelika Garufalla, Costatinos Prekas y Nikos Mesisklis. | I. H. V.Angelika Garufalla, Costatinos Prekas y Nikos Mesisklis. | I. H. V.
"Se admiten tarjetas de crédito: Visa y Mastercard". El cartel sigue luciendo en la entrada del Lido, un hotel a pocos metros de la Plaza Omonia, en el centro de Atenas. Al fin y al cabo, y hasta hace sólo unos semanas, el Lido era un modesto hotel de tres estrellas en el que la habitación doble con desayuno costaba 45 euros.
Pero la crisis que golpea a Grecia ha trastocado casi todo, y el Lido no es una excepción. La fuerte caída del turismo que está sufriendo el país heleno le obligó a echar el cierre, como a otros 20 hoteles de la zona, incluido El Imperial, de cinco estrellas.
Ahora el Lido se ha reconvertido en otro tipo de establecimiento, más acorde con los tiempos que corren: es un hotel para pobres.
Desde esta semana acoge a 127 griegos que hasta hace poco eran trabajadores con un sueldo y una casa y a los que la recesión salvaje que azota al país ha transformado en parados 'sin techo'.
En el centro de Atenas hay en total 10 hoteles reconvertidos por los servicios sociales de la ciudad en centros de acogida para personas sin recursos. Están todos llenos a reventar y tienen kilométricas listas de espera.
"Nos trajeron hace sólo unos días. Para nosotros este lugar es un lujo absoluto. Tenías que haber visto cómo era el lugar en el que estábamos hasta ahora: no había agua caliente y los cuartos de baño eran compartidos. Aquí estamos dos personas en cada habitación y tenemos en un baño privado", nos cuenta Lambros, de 50 años y quien en una broma macabra de la vida hasta hace dos años se ganaba la vida trabajando en un hotel.
Fachada del hotel Lido.
Los nuevos clientes del Lido son todos griegos, con edades comprendidas entre los 37 y los 80 años. En el hotel desayunan. Y para comer y cenar acuden a algunos de los dos comedores para pobres que hay en la zona. Aunque a algunos, como a Angelika Garufalla, los servicios sociales les traen la comida hasta el hotel porque están enfermos.
"Tengo cáncer de ovarios, me lo diagnosticaron hace seis años y me han sometido ya a tres operaciones", asegura esta inquilina del Lido de 58 años. "Hoy no sé que ha pasado pero no me han traído la comida, así que estoy con el estómago vacío desde esta mañana. Y también hace tres meses que no me dan las medicinas que necesito tomar para evitar la metástasis", cuenta.
Angelika decidió hace un par de años abandonar a su marido, harta de sufrir sus malos trataos. Al principio encontró refugio en casa de su hija. Pero, después de una temporada, su yerno la puso en la calle. Desde hace 13 meses vive en estos hoteles/centros de acogida. El domingo no piensa votar en las elecciones generales que se celebrarán en Grecia. "Ni se me pasa por la cabeza. Son todos iguales…", sentencia.
Nikos Mesisklis, de 52 años, ocupa la habitación 321. Lleva un año exacto viviendo en albergues para pobres, desde que perdiera su último empleo como guardia de seguridad y no lograra encontrar otra cosa. Cada día, se arrepiente de aquel maldito día de 2005 en el que decidió volver a Grecia después de 30 años viviendo en Estados Unidos. Ahora, en lo único que piensa es en encontrar un trabajo que le permita ahorrar lo suficiente como para pagarse el billete de avión de vuelta a Boston o a Miami.

"Ni mi ex mujer, ni mi hija de 24 años que estudia economía, saben que vivo en este lugar. Las dos están en Estados Unidos y aunque podría pedirles ayuda no quiero hacerlo. Tienen una imagen de mí completamente distinta a esta. Además, estoy convencido de que tarde o temprano tendré suerte y encontraré un trabajo", nos cuenta.
Mientras llega ese día, lo que hace es darse unos paseos interminables. "Camino y camino durante horas, para salir de este barrio espantoso y olvidarme durante un rato de que vivo aquí".
Costatinos Prekas, de 53 años, es el inquilino de la habitación 622. Lleva seis meses sin trabajo, desde que se le echaran del supermercado en el que descargaba cajas. Después, fue su casero el que le puso en la calle. "Acabé aquí, porque no tengo a nadie quien pedir ayuda. Mi única familia es una hermana, y también ella está en un hotel para pobres". El domingo votará a Griegos Independientes, un partido nacionalista griego de corte conservador.

FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/14/internacional/1339653469.html

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