IDEAS ANTE LA CRISIS
Medidas de Diane Coyle contra el desencanto social
'La crisis ha sido ante todo política'
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'The Economics of Enough', manual para 'gestionar la economía como si el futuro importara'
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El progreso se sostiene en tres pilares: 'el económico, el social y el medioambiental".
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Apuesta por solucionar la crisis de confianza con transparencia y participación ciudadana
La economista Diane Coyle lleva cinco años recorriendo los más
diversos foros, en países más o menos azotados por la crisis, y en todos
ellos ha encontrado algo en común: "Hay una sensación muy extendida de
desdén hacia la política. La actitud varía de la apatía al cinismo, de la desconfianza a la frustración. Y en este clima es muy difícil poner en marcha un proceso político y cambiar realmente las cosas".
La crisis ha sido ante todo política, sostiene Coyle... "La culpa no fue de los mercados, sino de los políticos que no quisieron regular los mercados. Y ahora son también los políticos quienes eluden las soluciones ¿A qué esperamos para "romper" la instituciones financieras y separar claramente los bancos comerciales de los bancos de inversiones? El tema no está ya en la agenda política. Los bancos vuelven a tener la sartén por el mango".
Dyane Coyle, 52 años, no es una economista radical, ahí donde la ven. Fue asesora del Departamento del Tesoro, cercana al Partido Laborista, y ahora es vicepresidenta del BBC Trust, el órgano supervisor de la televisión pública británica. Hace una década se desmarcó, eso sí, con un libro de título tirando a isurrecto: 'Sexo, drogas y economía'. Pero su lema ha sido siempre la moderación, empeñada en bucear en "las paradojas de la prosperidad" y en la "suficiencia económica".
"Los políticos no han cambiado su modo de actuar: están atrapados en el sistema. No tienen la munición que necesitan para impulsar los asuntos públicos. Los lobbies y los poderes económicos son los que al final marcan la agenda y estrangulan la política. Y la esclerosis institucional impide que se pongan en marcha reformas reales y efectivas".
Vivimos pues en una democracia "disfuncional", sostiene Coyle, donde "es cada vez más difícil que los burócratas o los políticos elegidos consigan hacer algo". El radio de
acción es cada vez más limitado porque los "intereses especiales" controlan también el poder judicial y los medios. Y el resultado es una distancia cada vez mayor entre el electorado y los políticos.
"El sistema está roto y seguimos sin reconocerlo", asegura Diane Coyle. "Las reformas económicas no bastan: hace falta una reforma política a fondo para acabar con este desfase. Hay que poner la política al día, o la gente se desentenderá de los asuntos públicos. Y hace falta también más presión ciudadana para forzar los cambios".
A Diane Coyle, que dirige también la consultoría "Enlightenment Economics", le gustaría que el Estado se contagiara del dinamismo y la capacidad de innovación de "los mercados", aunque sabe a ciencia cierta que la "democracia digital" es por sí misma un concepto vacío, que lo hace falta es algo más que una inyección de tecnología...
Diane Coyle reconoce su "debilidad" por los mercados y tampoco oculta su fe en el crecimiento a la vieja usanza. O sea, el PIB. A la historia del Producto Interior Bruto le dedica precisamente su nuevo libro que se publicara en el 2014. Frente a quienes critican la obsesión de los políticos por atizar el PIB, Coyle asegura que sigue siendo una herramienta "fundamentalmente válida para medir la actividad económica" al cabo de 80 años...
Tampoco arremete Coyle contra las políticas de austeridad, y aunque cuestione el impacto y el alcance de los recortes sociales, "el objetivo de una estabilidad fiscal es algo deseable si queremos empezar a pensar en una economía a largo plazo". La economista propone incluso la creación de nuevas instituciones, como la Oficina de Responsabilidad Fiscal, para examinar a tiempo y con lupa los escenarios del futuro.
La transparencia de los asuntos públicos y la participación ciudadana son otros de los requisitos indispensables para solucionar esta "crisis de confianza y gobernanza" en la que estamos. Coyle reitera su fe en que la tecnología y la innovación puedan proporcionarnos las herramientas necesarias para reactivar la política y la economía... "Aún no sabemos lo que está a la vuelta de la esquina, pero una cosa está clara: necesitamos mucha experimentación".
TW: @cfresneda1
FUENTE: http://www.elmundo.es/economia/2013/12/21/52b2b1ef22601d11708b459c.html
La crisis ha sido ante todo política, sostiene Coyle... "La culpa no fue de los mercados, sino de los políticos que no quisieron regular los mercados. Y ahora son también los políticos quienes eluden las soluciones ¿A qué esperamos para "romper" la instituciones financieras y separar claramente los bancos comerciales de los bancos de inversiones? El tema no está ya en la agenda política. Los bancos vuelven a tener la sartén por el mango".
Dyane Coyle, 52 años, no es una economista radical, ahí donde la ven. Fue asesora del Departamento del Tesoro, cercana al Partido Laborista, y ahora es vicepresidenta del BBC Trust, el órgano supervisor de la televisión pública británica. Hace una década se desmarcó, eso sí, con un libro de título tirando a isurrecto: 'Sexo, drogas y economía'. Pero su lema ha sido siempre la moderación, empeñada en bucear en "las paradojas de la prosperidad" y en la "suficiencia económica".
Atrapados en el sistema
"¿A qué esperamos para separar los bancos comerciales de los de inversiones? "
Su última obra se titula precisamente así, 'The Economics of Enough',
que aspira a ser un manual para "gestionar la economía como si el
futuro importara". Luego exploraremos las soluciones, pero antes vamos a
detenernos un poco más a examinar este preocupante punto de partida, común a todas las democracias..."Los políticos no han cambiado su modo de actuar: están atrapados en el sistema. No tienen la munición que necesitan para impulsar los asuntos públicos. Los lobbies y los poderes económicos son los que al final marcan la agenda y estrangulan la política. Y la esclerosis institucional impide que se pongan en marcha reformas reales y efectivas".
Vivimos pues en una democracia "disfuncional", sostiene Coyle, donde "es cada vez más difícil que los burócratas o los políticos elegidos consigan hacer algo". El radio de
acción es cada vez más limitado porque los "intereses especiales" controlan también el poder judicial y los medios. Y el resultado es una distancia cada vez mayor entre el electorado y los políticos.
"El sistema está roto y seguimos sin reconocerlo", asegura Diane Coyle. "Las reformas económicas no bastan: hace falta una reforma política a fondo para acabar con este desfase. Hay que poner la política al día, o la gente se desentenderá de los asuntos públicos. Y hace falta también más presión ciudadana para forzar los cambios".
A Diane Coyle, que dirige también la consultoría "Enlightenment Economics", le gustaría que el Estado se contagiara del dinamismo y la capacidad de innovación de "los mercados", aunque sabe a ciencia cierta que la "democracia digital" es por sí misma un concepto vacío, que lo hace falta es algo más que una inyección de tecnología...
Pilares económicos
"Necesitamos cambiar la fibra moral del capitalismo y orientarla hacia el bienestar social y el "mutualismo". La felicidad colectiva debería seguir siendo el objetivo de la economía, pero esa meta es incompatible con la creciente brecha entre ricos y pobres. Hace falta un nuevo propósito: asegurar que la economía funcione a largo plazo, no sólo para nosotros sino para las generaciones venideras".Diane Coyle reconoce su "debilidad" por los mercados y tampoco oculta su fe en el crecimiento a la vieja usanza. O sea, el PIB. A la historia del Producto Interior Bruto le dedica precisamente su nuevo libro que se publicara en el 2014. Frente a quienes critican la obsesión de los políticos por atizar el PIB, Coyle asegura que sigue siendo una herramienta "fundamentalmente válida para medir la actividad económica" al cabo de 80 años...
'Hay que poner la política al día, o la gente se desentenderá de los
asuntos públicos. Y hace falta también más presión ciudadana.'
"La mayoría de la gente quiere que la economía crezca y es bueno que
vuelva a hacerlo. Lo que habría que cambiar en las economía avanzadas,
en todo caso, es la naturaleza del crecimiento, más allá de la
producción y el consumo de productos materiales". Pese a su defensa
incombustible del PIB, Coyle reconoce que es un error seguir usándolo
como "único indicador de la prosperidad de un país o una sociedad".
"Necesitamos otros dos indicadores: uno para medir el bienestar y otro
que sirva de termómetro de la sostenibilidad. El verdadero progreso
debería tener en cuenta los tres pilares: el económico, el social y el
medioambiental".Tampoco arremete Coyle contra las políticas de austeridad, y aunque cuestione el impacto y el alcance de los recortes sociales, "el objetivo de una estabilidad fiscal es algo deseable si queremos empezar a pensar en una economía a largo plazo". La economista propone incluso la creación de nuevas instituciones, como la Oficina de Responsabilidad Fiscal, para examinar a tiempo y con lupa los escenarios del futuro.
La transparencia de los asuntos públicos y la participación ciudadana son otros de los requisitos indispensables para solucionar esta "crisis de confianza y gobernanza" en la que estamos. Coyle reitera su fe en que la tecnología y la innovación puedan proporcionarnos las herramientas necesarias para reactivar la política y la economía... "Aún no sabemos lo que está a la vuelta de la esquina, pero una cosa está clara: necesitamos mucha experimentación".
TW: @cfresneda1
FUENTE: http://www.elmundo.es/economia/2013/12/21/52b2b1ef22601d11708b459c.html
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