Empleo cortará ya en agosto el pago de bonificaciones ahora en vigor
Muchas mujeres y mayores de 45 años, entre los que pierden esta ventaja
Una de cal y otra de arena para los empresarios en el ajuste sobre
las cotizaciones a la Seguridad Social. La de arena: una bajada de un
punto en las cuotas sociales en 2013 y otro en 2014, anunciada por
Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro. La de cal, en cambio, llega rápido:
en 16 días. En agosto muchas bonificaciones a la contratación
desaparecen, dictado en una disposición adicional en el decreto
publicado el sábado en el BOE. Y no solo lo hacen para los nuevos
contratos por suscribir; también desaparecerán para los ya firmados que
se están beneficiando de este tipo de subvenciones.
Este tipo de ayudas funcionan así: un empresario contrata a alguien que forma parte de un colectivo bonificado; durante un tiempo determinado, normalmente tres o cuatro años (aunque algunas bonificaciones duraban hasta la jubilación del trabajador), el empresario deja de pagar una parte de las cotizaciones; para que la Seguridad Social no ingrese menos dinero, los Servicios Públicos de Empleo se hacen cargo de abonar lo que no paga el empresario.
Estas subvenciones fueron concebidas, en principio, para favorecer la contratación de colectivos desfavorecidos en el mercado laboral. Con el paso de los años, el número de colectivos creció. Incluso se extendió a sectores en crisis y determinados tipos de contratos. Así que estas ayudas casi se generalizaron y, como subrayan bastantes estudios, dejaron de ser eficaces y cumplir su objetivo inicial. Además, el gasto por este concepto se disparó: consume unos 2.600 millones al año, casi el equivalente a un punto de recaudación por cotizaciones para la Seguridad Social.
“Se suprimen todas”, dice el decreto publicado el sábado en la exposición de motivos. No obstante, ya en el articulado, hace unas excepciones. Por ejemplo, las bonificaciones que van ligadas al nuevo contrato del que pueden beneficiar las empresas de menos de 50 trabajadores cuando contratan a menores de 30 años y a parados de larga duración.
La supresión implica que a partir de ahora dejará de subvencionarse la contratación de mayores de 45 años, siempre y cuando no lleven más un año en paro. Tampoco se ayudará a la contratación de cualquier mujer, excepto aquellas que hayan sido víctimas de violencia de género, entre otros colectivos. Tampoco se ayudará a la conversión de contratos temporales en indefinidos y se suprimirá la subvención en sectores como el textil y el calzado.
El ajuste decretado por el Gobierno el viernes ha metido un tijeretazo grande a la partida de bonificaciones. Fuentes de Empleo estiman, provisionalmente, que la medida puede rebajar la factura en unos 700 millones de aquí a final de año y ya en 2013 a unos 1.800 millones.
Esta reducción solo es posible porque también se acaba con las ayudas que ya está abonando Empleo. Es decir, el Gobierno va a dejar de subvencionar las contrataciones a las que todavía les quedan ayudas por percibir, sea por el tiempo que sea.
Hasta ahora, cuando se ha suprimido algún tipo de bonificación, se dejaba de subvencionar a las contrataciones futuras, pero no a las que ya estaban en marcha. “No es un derecho consolidado, si no una expectativa de derecho”, justifican en Empleo.
FUENTE:http://economia.elpais.com/economia/2012/07/15/actualidad/1342376844_433311.html
Este tipo de ayudas funcionan así: un empresario contrata a alguien que forma parte de un colectivo bonificado; durante un tiempo determinado, normalmente tres o cuatro años (aunque algunas bonificaciones duraban hasta la jubilación del trabajador), el empresario deja de pagar una parte de las cotizaciones; para que la Seguridad Social no ingrese menos dinero, los Servicios Públicos de Empleo se hacen cargo de abonar lo que no paga el empresario.
Estas subvenciones fueron concebidas, en principio, para favorecer la contratación de colectivos desfavorecidos en el mercado laboral. Con el paso de los años, el número de colectivos creció. Incluso se extendió a sectores en crisis y determinados tipos de contratos. Así que estas ayudas casi se generalizaron y, como subrayan bastantes estudios, dejaron de ser eficaces y cumplir su objetivo inicial. Además, el gasto por este concepto se disparó: consume unos 2.600 millones al año, casi el equivalente a un punto de recaudación por cotizaciones para la Seguridad Social.
“Se suprimen todas”, dice el decreto publicado el sábado en la exposición de motivos. No obstante, ya en el articulado, hace unas excepciones. Por ejemplo, las bonificaciones que van ligadas al nuevo contrato del que pueden beneficiar las empresas de menos de 50 trabajadores cuando contratan a menores de 30 años y a parados de larga duración.
La supresión implica que a partir de ahora dejará de subvencionarse la contratación de mayores de 45 años, siempre y cuando no lleven más un año en paro. Tampoco se ayudará a la contratación de cualquier mujer, excepto aquellas que hayan sido víctimas de violencia de género, entre otros colectivos. Tampoco se ayudará a la conversión de contratos temporales en indefinidos y se suprimirá la subvención en sectores como el textil y el calzado.
El ajuste decretado por el Gobierno el viernes ha metido un tijeretazo grande a la partida de bonificaciones. Fuentes de Empleo estiman, provisionalmente, que la medida puede rebajar la factura en unos 700 millones de aquí a final de año y ya en 2013 a unos 1.800 millones.
Esta reducción solo es posible porque también se acaba con las ayudas que ya está abonando Empleo. Es decir, el Gobierno va a dejar de subvencionar las contrataciones a las que todavía les quedan ayudas por percibir, sea por el tiempo que sea.
Hasta ahora, cuando se ha suprimido algún tipo de bonificación, se dejaba de subvencionar a las contrataciones futuras, pero no a las que ya estaban en marcha. “No es un derecho consolidado, si no una expectativa de derecho”, justifican en Empleo.
FUENTE:http://economia.elpais.com/economia/2012/07/15/actualidad/1342376844_433311.html
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