domingo, 26 de febrero de 2012

"RICOS CON PROBLEMAS POR LA AVARICIA Y LA OSTENTACION"


TURISMO | Muchos acaban en los desguaces

Barcos anclados por las deudas

Varias embarcaciones abandonadas en el puerto deportivo de Cabopino. | Javier MartínVarias embarcaciones abandonadas en el puerto deportivo de Cabopino. | Javier Martín
  • Decenas de clientes abandonan sus embarcaciones para no pagar el amarre
  • 'Hay yates que valían 200.000 euros y ahora no dan ni cinco por él'
  • Los procesos de embargo son tan largos que los barcos acaban para la chatarra
Entre exclusivos yates y veleros que engalanan los puertos deportivos de la provincia malagueña, cada vez se cuela más chatarra flotante que sólo unos años atrás costaban miles de euros. Desde 2009 ha aumentado el número de los conocidos como barcos fantasmas que se encuentran anclados en los pantalanes o en dique seco deteriorándose al sol y al ambiente marino.
El sector náutico tampoco se ha librado de la crisis y aunque sea de forma moderada, varios son los puertos de Málaga que arrastran el castigo que la coyuntura económica ha impuesto a decenas de personas que han tenido que abandonar sus embarcaciones de recreo para no pagar el precio de atraque y su mantenimiento.
La mayoría de las instalaciones portuarias de la provincia ha tenido que lidiar con algún caso de este fenómeno. Pero la mayor preocupación de sus dirigentes radica en la lista de "personas que tienen dificultades para pagar los amarres cada mes y que con el paso del tiempo crece más", asegura Manuel Raigón, director general de Marinas del Mediterráneo, empresa concesionaria de los puertos de Estepona y Manilva.
En estos enclaves se ha ordenado en los últimos dos años el embargo y lanzamiento –la retirada física del barco del punto de amarre por orden de un juez– de más de 20 embarcaciones por impago de los alquileres. "La previsión que tenemos es que en pocos meses se agravará la situación", lamenta Raigón.
Los barcos roban metros de línea de atraque al resto de embarcaciones y corren el riesgo de hundirse. Una vez detectada la morosidad, el proceso a seguir suele ser el mismo: el dueño no puede hacer frente a las deudas y se desentiende de su nave. El puerto deja de percibir el dinero de las tasas, pierde rentabilidad y espacio en sus instalaciones y debe supervisarlos periódicamente para evitar que se hundan. La única salida es sacarlos a subasta, pero los trámites son largos y complejos porque no existe una regulación jurídica específica para estos asuntos.
"Exigimos una ley que agilice los procesos de embargo para no tener tantas pérdidas económicas. No ocurre lo mismo con los recintos de gestión pública, que tienen un procedimiento más rápido y eficaz. Estamos desamparados, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía en vez de ayudarnos nos pone obstáculos", explica.
En Estepona y Manilva cifran las pérdidas en 150.000 euros al año. "La administración pública no es sensible con este tipo de turismo, piensan que la náutica es cosa de gente millonaria y que si no nos pagan, no pasa nada. Además, nos suben los cánones entre un 200 y un 600% y algunos están con el agua al cuello", añade Raigón.
El puerto de Fuengirola (226 amarres) tampoco se libra de "esta epidemia", como la denomina su director, Miguel García. Actualmente cuentan con cinco barcos desamparados, que van desde los 6 hasta los 15 metros de eslora. Los clientes suelen ser extranjeros, en su mayoría británicos. "Les cuesta mucho más dinero llevárselo a Inglaterra que la deuda que acumulan y por ello los abandonan", apunta García. "Perdemos dinero porque ocupan un lugar en el agua que puede ser aprovechado por otro barco. Pero lo peor de todo es el daño a la imagen del puerto que provoca esta situación", apostilla.

Yates para la chatarra

En Cabopino también atraviesan por una etapa delicada. El gerente del puerto, Peter Holmes, contabiliza unas 30 naves abandonadas y sin consignatario desde hace meses esperando la sentencia de un juez para buscarle destino, que en la mayoría de los casos, acaban en el desguace. "Las embarcaciones pierden su valor porque están a la intemperie y sin mantenimiento. Cuando te la adjudican, no vale ni para chatarra", explica.
Holmes prefiere no calcular las pérdidas económicas que acumulan, no recuperarán ese dinero, que se multiplica cada mes, ni siquiera cuando logran sacarlos a subasta. "Hay yates que antes valían 200.000 euros y que ahora, por estar tan deteriorados, la gente no paga ni cinco euros. Lo único que ganamos es un punto de amarre más y el barco se lo regalamos al primero que pase", dice.
Tampoco pueden deshacerse de ellos porque al estar inmersos en pleitos judiciales se lo pueden reclamar en cualquier momento. "Alguno ha echado a arder y otros han estado a punto de hundirse y eso nos cuesta el dinero a nosotros", enfatiza.
En el polo opuesto se encuentran Benalmádena (1.140 plazas), que apenas registra un 1% de impagos; el Puerto de Marbella y La Bajadilla, con sólo varios casos de abandono. Este último recinto apenas se ha visto afectado dado que ha sido un puerto dependiente de la Junta de Andalucía hasta el pasado mes de diciembre.
Mientras que en Puerto Banús, la bandera de este tipo de turismo náutico de alto standing, aún no han tenido ningún barco en tal tesitura. Las embarcaciones de marcas prestigiosas como Ferrati, Princess, Pershing o Advanced Yachts dibujan un panorama de lujo y continúan a flote para surcar la Costa del Sol. "A los clientes de esta zona, la crisis, en lugar de afectarles les ha beneficiado. Y antes de dejarlos anclados, rápidamente los ponen en venta", aseguran desde el puerto.

Menor ocupación, más amarres

Aunque la crisis ha golpeado al turismo náutico en menor medida que al resto de sectores, la mayoría de los puertos deportivos han tenido que bajar los precios de los puntos de atraque para mantener la ocupación, que en algunos casos, ha disminuido hasta un 60%. Frente a las dificultades que existían hace unos años para encontrar un amarre, en la actualidad hay más oferta que demanda. El cliente europeo ha bajado sus posibilidades económicas mientras que se ha incrementado la demanda de personas procedentes de Rusia y de países de Oriente Medio.
También la venta de yates y veleros ha caído en los dos últimos años y el cartel de 'Se vende' brota más que nunca en los puertos deportivos de Málaga. "Ahora se pueden encontrar gangas de segunda mano", sostiene Manuel Raigón. Mientras tanto, crecen los proyectos de ampliación de atraques en las diferentes instalaciones portuarias de la provincia. La importancia del turismo náutico en la Costa del Sol se pone de manifiesto en las obras de remodelación del puerto de La Bajadilla, en Marbella, que será acometido por el jeque catarí Abdullah Al-Thani, presidente del Málaga C.F. Se prevé una inversión de 400 millones de euros y tendrá 1.200 atraques.
Fuengirola también tiene previsto ampliar su puerto hasta los 700 puntos; al igual que La Caleta de Vélez, que pasaría de 277 a tener 790 amarres. También existe el proyecto del puerto deportivo entre Nerja y Torrox, que tendría 500 plazas; el de La Cala de Mijas, con 1.200 aparcamientos y el centro de amarre de San Andrés, con espacio para unas 500 embarcaciones, con el objetivo de cubrir la demanda en la capital malagueña.



http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/23/andalucia_malaga/1330002855.html
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