A FONDO
La banca reduce más del 50% su presupuesto destinado a obra social
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En el 'boom', las cajas llegaron a invertir lo mismo que el Gobierno en políticas de desarrollo
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Su presupuesto igualaba al de Industria
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Hoy, sin contar con La Caixa, gastan 150 millones.
La obra social de las (antiguas) cajas de ahorros pende de un hilo.
La reestructuración financiera obligó a las cajas a convertirse en
bancos y a segregar su obra social. Se acabó eso de destinar una media
del 25% del beneficio de la caja a la fundación. Se
acabó eso de ser una fundación dependiente de una entidad financiera.
Ahora se trata de instituciones independientes, que tienen que
sobrevivir con escasos recursos en una España en crisis.
El problema es que el dinero que llega no es suficiente para mantenerlas y hay casos que corren el riesgo de desaparecer si no consiguen vías de financiación alternativas. En sólo seis años, los recursos destinados a la obra social de las cajas se desplomaron casi un 70% -en concreto, un 68,4%-, tomando como referencia las memorias anuales que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) realiza sobre la obra social de sus entidades.
Es más, sólo en los últimos tres años, desde que se inició la reestructuración del mapa financiero español, en 2011, el dinero destinado a este concepto cayó casi a la mitad, esto es, un 42,2%. Las cifras sorprenden cuando se mira atrás y se comprueba que, en tiempos de bonanza, las cajas llegaron a invertir en obra social lo mismo que el Estado destinaba a políticas sociales.
En 2008, las cajas destinaron 2.058 millones de euros a evitar la exclusión financiera y fomentar el desarrollo económico y el progreso social. Ese mismo año, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presupuestó 2.287 millones para servicios sociales y promoción social. Es más, el presupuesto del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para ese año fue de 2.265 millones de euros, partida equiparable también a los recursos que las cajas destinaron a obra social.
Entre 2008 y 2011, años en los que el sistema financiero empezó a dar señales de deterioro, el dinero invertido en obra social se redujo en casi 1.000 millones, más de un 45%. En 2011, las entidades destinaron 1.124 millones a esta actividad. Fue a partir de esta fecha -año en el que se produjeron las fusiones de las cajas- cuando la caída fue mayor. En 2013, la inversión fue de apenas 650 millones, según las previsiones que maneja la Ceca, volviendo así a los niveles de mediados de los 90 (ver gráfico adjunto). Precisamente, 2008 fue el año en el que se produjo la mayor inversión.
«El dinero es un bien escaso y para las fundaciones mucho más», en palabras de la responsable de inversión social de Cecabank, el banco de las cajas, Inés García-Pintos. «Ha habido un rescate de la parte financiera de las cajas, pero no de su obra social», reconoce a este diario el máximo responsable ejecutivo de la nueva Fundación de Caja Madrid, José Guirao, que pasó por alto que las cajas eran «una banca social», pero ahora sólo se pueden dedicar al negocio financiero.
En enero de 2010 el mapa financiero estaba compuesto por 45 cajas, de las cuales 43 estaban en proceso de reestructuración. Las dos restantes -Caixa Pollensa y Caixa Ontinyent- mantuvieron su modelo de caja. «La vocación no ha cambiado, sino la manera de hacer las cosas y la obligación de tener que replegarse a las zonas de origen», defiende García-Pintos.
En marzo de 2012 las cajas reestructuradas externalizaron su negocio bancario y se transformaron en 12 grupos. A excepción de La Caixa, que ha mantenido su presupuesto en obra social intacto durante siete años consecutivos -500 millones de euros-, el resto de cajas vio como se hundían sus recursos con la crisis y la reestructuración del sector. Lo que más sorprende es que de los 650 millones destinados a obra social en 2013, un 77% procedan de una única entidad, la catalana. El resto redujo sus recursos de manera vertiginosa.
Así, en el caso de la Fundación Caja Madrid, los 190 millones presupuestados en 2007 se convirtieron en 29 millones siete año después. O lo que es lo mismo, se desplomaron casi un 85% entre ese año y 2013. Incluso, para 2014, los recursos disponibles volverán a ser 29 millones. «Vamos a intentar sobrevivir para mantener lo que se pueda», confiesa Guirao. Sin embargo, en los últimos tres años, esta fundación tuvo que cerrar más de 30 bibliotecas de barrio, además de una treintena de centros de ocio para personas mayores.
Uno de las soluciones que encontró para conseguir ingresos fue explotar su patrimonio inmobiliario. La Fundación Caja Madrid cuenta con 130 inmuebles de los que 42 están cedidos a organizaciones sin ánimo de lucro, de manera gratuita. El resto está en alquiler. A fecha de hoy, la fundación consiguió firmar 10 contratos de arrendamiento. «La intención no es vender el patrimonio, sino explotarlo», precisó Guirao, que no duda de que se reducirá el número de fundaciones.
No cabe duda de que el único colchón que les queda a las fundaciones es reorientar su actividad para obtener ingresos y mantener así el proyecto. Es por ello que algunas ya definieron nuevas vías de financiación para conseguir dinero. Entre ellas, poner en valor su patrimonio a través del alquiler, como en el caso de Caja Madrid, y arrendar los edificios en propiedad para dedicarlos a actividades culturales. En 2010, el patrimonio total registrado de la obra social eran 4.274 millones de euros.
Hay otras que prefirieron recurrir a los ingresos derivados de la propia actividad. Es decir, cobrar por entrar en exposiciones organizadas por la fundación. Antes, el coste de estos eventos lo cubría la propia fundación gracias a la financiación de la caja, pero hoy debe pedir un precio simbólico por la entrada. «Hay algunas fundaciones que si no fuera por esto no podrían mantenerse», advierte la responsable del ramo en Cecabank.
Sin embargo, una de las vías más recurridas fue la de poner fin a las donaciones y convertirlas en préstamos a devolver. Dicho de otra manera, «reciclar el dinero», en palabras de un experto financiero. Si antes la fundación concedía una beca de estudios, hoy da préstamos para estudiar. Si antes daba formación para empresarios, hoy ofrece líneas de financiación para proyectos empresariales.
El último recurso que están usando también estas fundaciones es fuentes de financiación públicas o privadas. De hecho, la Ceca ya creo una oficina para ayudarles a buscar este tipo de fondos. En este sentido, hay entidades que están recurriendo a los montes de piedad para financiar su obra social, según confirmaron fuentes conocedoras de la situación descrita. Es más, hay quienes consideran que una vía de rescate de estas fundaciones podría ser la fusión entre las instituciones de distintas cajas.
En España, hay en torno a 10.000 fundaciones, en total, de las cuales una treintena procede de las antiguas cajas de ahorros. Lo más llamativo es que éstas son las que acaparan todo el peso debido al elevado volumen de patrimonio que les dejaron las entidades.
La crisis dio un vuelco al destino de la obra social, que pasó de dedicar un 38% a asistencia social y sanitaria, en 2008, a incrementar ese porcentaje a más de un 48%, en 2012, atendiendo a los últimos datos disponibles. En cambio, las actividades culturales y de ocio descendieron de un 35% a un 29% en ese mismo periodo.
El cambio de estructura de las cajas obligó a adoptar una nueva configuración en cuanto a sus aportaciones e ingresos en sus obras sociales. Así, en 2011, el apoyo económico de la entidad a la obra social suponía un 87% del total de los ingresos. En 2012, ese porcentaje se redujo a un 75%.
Hay quienes aseguran que 2014 será el año en el que se toque fondo en el sector en materia de recursos. Es decir, el año a partir del cual empiece a aumentar el presupuesto de la obra social de las fundaciones. Es el caso del director general de la obra de La Caixa, Jaime Lanaspa, que reconoció a este diario que «el conjunto del sector empezará a rebotar a partir de ahora» y que el presupuesto de 2015 comenzará a ser mayor. Dicho de otra manera, en 2014 se registrará el menor volumen de inversión de toda la crisis.
La Fundación La Caixa es la excepción a la evolución que experimentaron el resto de instituciones. Este grupo fue el única que mantuvo su presupuesto intacto pese a los años de crisis económica. «Había que aguantar», apunta el responsable de la obra social de esta fundación, «porque era más necesaria que nunca». «Había que resistir», insiste. No obstante, reconoce que a la fundación de La Caixa también le afectó la crisis, pero optó por ser «anticíclica». Lanaspa calificó la postura adoptada por la entidad como «un perfil anticrisis». Su propio presidente, Isidro Fainé, lo corroboró: «La obra social es una parte indisoluble de La Caixa».
En dinero, en cambio, el saldo prestado creció un 8%, hasta casi 235 millones de euros. Y es que las operaciones canceladas fueron las de menor valor. El importe medio por concesión se incrementó en 200 euros desde 2010. La cantidad media concedida por operación se situó en 726 euros. Los préstamos superiores a 3.000 euros sólo suponen un 2% del total. Atendiendo a las cifras que maneja esta última memoria de montes de piedad que publica la Ceca, por tercer año consecutivo descendió el número de clientes, con un 10% menos. El total de personas que recurre a estas instituciones asciende a cerca de 164.000, de los que casi 35.000 son nuevos clientes. Fuentes cercanas a estas instituciones reconocieron que también cambió el perfil de las personas que acuden a los montes de piedad a conseguir dinero. Ahora, cualquier persona pide un préstamo. Antes, se usaban para atender a clientes con riesgo de exclusión bancaria. Y es que la crisis obligó a los españoles a acudir a pedir ayuda a estas instituciones. En la actualidad existen 14 montes de piedad en activo. Se trata de Caja Granada, Unicaja, Ibercaja, Cajastur, Sa Nostra, La Caja de Canarias, Caja Cantabria, Caja Círculo, Caja España-Duero, Caja Madrid, La Caixa, Caja Badajoz, Novacaixagalicia, Bancaja y Kutxa.
COMENTARIOS DE LOS LECTORES DE 'EL MUNDO '
FUENTE:http://www.elmundo.es/economia/2014/04/26/535adfdee2704e4d628b457d.html
El problema es que el dinero que llega no es suficiente para mantenerlas y hay casos que corren el riesgo de desaparecer si no consiguen vías de financiación alternativas. En sólo seis años, los recursos destinados a la obra social de las cajas se desplomaron casi un 70% -en concreto, un 68,4%-, tomando como referencia las memorias anuales que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) realiza sobre la obra social de sus entidades.
Es más, sólo en los últimos tres años, desde que se inició la reestructuración del mapa financiero español, en 2011, el dinero destinado a este concepto cayó casi a la mitad, esto es, un 42,2%. Las cifras sorprenden cuando se mira atrás y se comprueba que, en tiempos de bonanza, las cajas llegaron a invertir en obra social lo mismo que el Estado destinaba a políticas sociales.
En 2008, las cajas destinaron 2.058 millones de euros a evitar la exclusión financiera y fomentar el desarrollo económico y el progreso social. Ese mismo año, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presupuestó 2.287 millones para servicios sociales y promoción social. Es más, el presupuesto del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para ese año fue de 2.265 millones de euros, partida equiparable también a los recursos que las cajas destinaron a obra social.
Entre 2008 y 2011, años en los que el sistema financiero empezó a dar señales de deterioro, el dinero invertido en obra social se redujo en casi 1.000 millones, más de un 45%. En 2011, las entidades destinaron 1.124 millones a esta actividad. Fue a partir de esta fecha -año en el que se produjeron las fusiones de las cajas- cuando la caída fue mayor. En 2013, la inversión fue de apenas 650 millones, según las previsiones que maneja la Ceca, volviendo así a los niveles de mediados de los 90 (ver gráfico adjunto). Precisamente, 2008 fue el año en el que se produjo la mayor inversión.
«El dinero es un bien escaso y para las fundaciones mucho más», en palabras de la responsable de inversión social de Cecabank, el banco de las cajas, Inés García-Pintos. «Ha habido un rescate de la parte financiera de las cajas, pero no de su obra social», reconoce a este diario el máximo responsable ejecutivo de la nueva Fundación de Caja Madrid, José Guirao, que pasó por alto que las cajas eran «una banca social», pero ahora sólo se pueden dedicar al negocio financiero.
En enero de 2010 el mapa financiero estaba compuesto por 45 cajas, de las cuales 43 estaban en proceso de reestructuración. Las dos restantes -Caixa Pollensa y Caixa Ontinyent- mantuvieron su modelo de caja. «La vocación no ha cambiado, sino la manera de hacer las cosas y la obligación de tener que replegarse a las zonas de origen», defiende García-Pintos.
En marzo de 2012 las cajas reestructuradas externalizaron su negocio bancario y se transformaron en 12 grupos. A excepción de La Caixa, que ha mantenido su presupuesto en obra social intacto durante siete años consecutivos -500 millones de euros-, el resto de cajas vio como se hundían sus recursos con la crisis y la reestructuración del sector. Lo que más sorprende es que de los 650 millones destinados a obra social en 2013, un 77% procedan de una única entidad, la catalana. El resto redujo sus recursos de manera vertiginosa.
Así, en el caso de la Fundación Caja Madrid, los 190 millones presupuestados en 2007 se convirtieron en 29 millones siete año después. O lo que es lo mismo, se desplomaron casi un 85% entre ese año y 2013. Incluso, para 2014, los recursos disponibles volverán a ser 29 millones. «Vamos a intentar sobrevivir para mantener lo que se pueda», confiesa Guirao. Sin embargo, en los últimos tres años, esta fundación tuvo que cerrar más de 30 bibliotecas de barrio, además de una treintena de centros de ocio para personas mayores.
Uno de las soluciones que encontró para conseguir ingresos fue explotar su patrimonio inmobiliario. La Fundación Caja Madrid cuenta con 130 inmuebles de los que 42 están cedidos a organizaciones sin ánimo de lucro, de manera gratuita. El resto está en alquiler. A fecha de hoy, la fundación consiguió firmar 10 contratos de arrendamiento. «La intención no es vender el patrimonio, sino explotarlo», precisó Guirao, que no duda de que se reducirá el número de fundaciones.
No cabe duda de que el único colchón que les queda a las fundaciones es reorientar su actividad para obtener ingresos y mantener así el proyecto. Es por ello que algunas ya definieron nuevas vías de financiación para conseguir dinero. Entre ellas, poner en valor su patrimonio a través del alquiler, como en el caso de Caja Madrid, y arrendar los edificios en propiedad para dedicarlos a actividades culturales. En 2010, el patrimonio total registrado de la obra social eran 4.274 millones de euros.
Hay otras que prefirieron recurrir a los ingresos derivados de la propia actividad. Es decir, cobrar por entrar en exposiciones organizadas por la fundación. Antes, el coste de estos eventos lo cubría la propia fundación gracias a la financiación de la caja, pero hoy debe pedir un precio simbólico por la entrada. «Hay algunas fundaciones que si no fuera por esto no podrían mantenerse», advierte la responsable del ramo en Cecabank.
Sin embargo, una de las vías más recurridas fue la de poner fin a las donaciones y convertirlas en préstamos a devolver. Dicho de otra manera, «reciclar el dinero», en palabras de un experto financiero. Si antes la fundación concedía una beca de estudios, hoy da préstamos para estudiar. Si antes daba formación para empresarios, hoy ofrece líneas de financiación para proyectos empresariales.
El último recurso que están usando también estas fundaciones es fuentes de financiación públicas o privadas. De hecho, la Ceca ya creo una oficina para ayudarles a buscar este tipo de fondos. En este sentido, hay entidades que están recurriendo a los montes de piedad para financiar su obra social, según confirmaron fuentes conocedoras de la situación descrita. Es más, hay quienes consideran que una vía de rescate de estas fundaciones podría ser la fusión entre las instituciones de distintas cajas.
En España, hay en torno a 10.000 fundaciones, en total, de las cuales una treintena procede de las antiguas cajas de ahorros. Lo más llamativo es que éstas son las que acaparan todo el peso debido al elevado volumen de patrimonio que les dejaron las entidades.
La crisis dio un vuelco al destino de la obra social, que pasó de dedicar un 38% a asistencia social y sanitaria, en 2008, a incrementar ese porcentaje a más de un 48%, en 2012, atendiendo a los últimos datos disponibles. En cambio, las actividades culturales y de ocio descendieron de un 35% a un 29% en ese mismo periodo.
El cambio de estructura de las cajas obligó a adoptar una nueva configuración en cuanto a sus aportaciones e ingresos en sus obras sociales. Así, en 2011, el apoyo económico de la entidad a la obra social suponía un 87% del total de los ingresos. En 2012, ese porcentaje se redujo a un 75%.
Hay quienes aseguran que 2014 será el año en el que se toque fondo en el sector en materia de recursos. Es decir, el año a partir del cual empiece a aumentar el presupuesto de la obra social de las fundaciones. Es el caso del director general de la obra de La Caixa, Jaime Lanaspa, que reconoció a este diario que «el conjunto del sector empezará a rebotar a partir de ahora» y que el presupuesto de 2015 comenzará a ser mayor. Dicho de otra manera, en 2014 se registrará el menor volumen de inversión de toda la crisis.
La Fundación La Caixa es la excepción a la evolución que experimentaron el resto de instituciones. Este grupo fue el única que mantuvo su presupuesto intacto pese a los años de crisis económica. «Había que aguantar», apunta el responsable de la obra social de esta fundación, «porque era más necesaria que nunca». «Había que resistir», insiste. No obstante, reconoce que a la fundación de La Caixa también le afectó la crisis, pero optó por ser «anticíclica». Lanaspa calificó la postura adoptada por la entidad como «un perfil anticrisis». Su propio presidente, Isidro Fainé, lo corroboró: «La obra social es una parte indisoluble de La Caixa».
Los Montes de Piedad dan menos préstamos
La salida de inmigrantes impactó de manera negativa en el número de préstamos concedidos por los montes de piedad. Y es que este tipo de población es el cliente principal de estas instituciones. En sólo un año, la cifra de créditos concedidos por los montes de piedad cayó un 6,2%, tomando como referencia la memoria de 2012, último documento disponible. En concreto, 21.563 préstamos menos. El número total de créditos concedidos ese año fue de 326.663.En dinero, en cambio, el saldo prestado creció un 8%, hasta casi 235 millones de euros. Y es que las operaciones canceladas fueron las de menor valor. El importe medio por concesión se incrementó en 200 euros desde 2010. La cantidad media concedida por operación se situó en 726 euros. Los préstamos superiores a 3.000 euros sólo suponen un 2% del total. Atendiendo a las cifras que maneja esta última memoria de montes de piedad que publica la Ceca, por tercer año consecutivo descendió el número de clientes, con un 10% menos. El total de personas que recurre a estas instituciones asciende a cerca de 164.000, de los que casi 35.000 son nuevos clientes. Fuentes cercanas a estas instituciones reconocieron que también cambió el perfil de las personas que acuden a los montes de piedad a conseguir dinero. Ahora, cualquier persona pide un préstamo. Antes, se usaban para atender a clientes con riesgo de exclusión bancaria. Y es que la crisis obligó a los españoles a acudir a pedir ayuda a estas instituciones. En la actualidad existen 14 montes de piedad en activo. Se trata de Caja Granada, Unicaja, Ibercaja, Cajastur, Sa Nostra, La Caja de Canarias, Caja Cantabria, Caja Círculo, Caja España-Duero, Caja Madrid, La Caixa, Caja Badajoz, Novacaixagalicia, Bancaja y Kutxa.
COMENTARIOS DE LOS LECTORES DE 'EL MUNDO '
la sensación que yo tengo es que en la obra
social se ha metido a mucha gente que estaba en las cajas y que sigue
con sus abultados sueldos Si se ha reducido el 50% ¿se ha reducido la
dirección en ese porcentaje? Creo que no con lo cual a los ciudadanos
les llega una simple y mísera limosna Hay que saber las cuentas de estas
fundaciones porque se ha colado en sus consejos demasiadas gente...
tranquilos, que sus directivos son los que mas cobran a nivel mundial.
Todo lo que sea obra social (auténtica obra
social) me parece estupenda. Y la reducción, por supuesto, nefasta. No
obstante, al hilo de lo sucedido con las cajas en los últimos años, a la
arbitrariedad con la que funcionaban, no me merecen ninguna confianza
ni antes ni ahora. Por lo que abogaría por que siguiesen aportando parte
de sus beneficios a obra social pero en un organismo público e
independiente.
rio100
Ha reducido en ese porcentaje la Caixa el sueldo de Cristina de Borbón??
FUENTE:http://www.elmundo.es/economia/2014/04/26/535adfdee2704e4d628b457d.html
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