LA SIESTALos desfiles militares son una insoportable sucesión de cacharros y hombres, una demostración de virilidad armentística en un episodio de la humanidad donde una sola bacteria tiene más poder destructivo que cualquier ejército y todo su arsenal de misiles fálicos. La cara del Rey lo dice todo. El maestro de ceremonias y sumo pontífice de esta pasarela anacrónica tiene la cabeza en otro sitio. En un plato de jamón y una cerveza bien fría, por ejemplo. O en qué insoportables se hacen los fines de semana sin Liga. Seguramente esté soñando con la siesta, que ésta sí que es una tradición española de las de armas tomar.
El Príncipe y doña Letizia han vivido menos tostones de este tipo. Se nota. Tampoco parecen entusiasmados y aprovechan para intercambiar detalles domésticos. ¿Cariño, has apagado la plancha al salir de casa? Don Felipe se cubre la boca, como hacen los suplentes en el banquillo, para que la prensa no capte sus palabras. Y los soldados sin perder el paso, rígidos, patriotas, dispuestos a dar la vida por el club de sus amores.
(14-10-2012 Dominique Faget, AFP)¡
FUENTE: http://www.elperiodicodearagon.com/galerias/opinion/el-eco-de-una-imagen_33248.html?mosaico=off&inicio=0
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