lunes, 29 de octubre de 2012

¡¡REPITO ESPAÑA ES COMO TAL DESDE HACE MAS DE NUEVE SIGLOS Y JAMAS EXISTIO ESTADO CATALAN O VASCO, NADA TENEMOS QUE VER CON ESCOCIA O CANADA , DICHO ESTO ,QUE SE VALLAN DE UNA VEZ Y NOS DEJEN TRANQUILOS,PERO QUE SE PAGUEN ELLOS LA AVENTURA!!

Manuales de secesión

Escocia se une a Quebec como ejemplo para las regiones que desean separarse de su Estado

En la mente de todos está la necesidad de evitar a toda costa el precedente de Yugoslavia


Londres y Edimburgo han acordado celebrar un referéndum sobre la independencia de Escocia antes de que termine 2014. / ANDREW MILLIGAN (CORDON PRESS)
Pocos tópicos consagrados durante los últimos años parecen encontrar menos aval en la realidad que la crisis del Estado-nación. Los estertores del sistema comunista en los años ochenta del siglo pasado se tradujeron en un incremento de las tensiones nacionalistas y de los procesos de secesión en el interior de la Unión Soviética y de otros países de su órbita de influencia, como Yugoslavia y Checoslovaquia.
A comienzos del siglo XXI, y básicamente como resultado de la descomposición del antiguo bloque del Este, el número de Estados-nación reconocidos por Naciones Unidas se había ampliado en una veintena y rondaba los dos centenares, después de haberse mantenido estable desde el final de la descolonización. El “centralismo democrático”, que había guiado la acción autoritaria de los partidos comunistas en el poder, dejó paso a una eclosión de las nacionalidades históricas.
En el curso de pocos meses, a partir de la sobria dimisión de Gorbachov, anunciada ante la cámara fija de solo uno de los varios canales de los que la televisión estatal disponía entonces, la URSS, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se transformó en la CEI, una Confederación de Estados Independientes. Pronto se reveló que la Confederación postsoviética era solo una estación intermedia entre la Unión anterior y una variedad de situaciones de hecho que iba desde la independencia plena de algunas repúblicas a la independencia limitada por acuerdos que, como el que mantenían Rusia y Georgia, sirvieron para ofrecer, llegado el caso, tortuosas coartadas a intervenciones militares directas.

El “centralismo democrático” guió la acción de los partidos comunistas
Para ser una fórmula política en crisis, según sostiene el tópico, el Estado-nación parece gozar de buena salud a juzgar por el número de nuevos miembros que se ha incorporado a la comunidad internacional tras la disolución de la Unión Soviética. Pero no solo por el número, también por su naturaleza: como nuevos Estados, reivindican su condición de naciones centenarias con más vehemencia, con infinita más vehemencia, que los Estados de los que se han desgajado. La sangrienta e interminable descomposición de Yugoslavia, arrancando con la secesión de Croacia y Serbia, y llegando hasta la independencia de Kosovo tras una estación de horror en la guerra de Bosnia, ilustra de modo ejemplar la condición vehementemente nacional de los nuevos Estados.
En aquellos donde existían rotundas mayorías nacionales, como Croacia y Serbia, el potencial conflictivo del proceso se manifestó en forma de discriminación y represión de las minorías. En otros, donde, como en el caso de Bosnia, las mayorías nacionales no eran rotundas, la pugna por definir el carácter nacional del nuevo Estado, la lucha por determinar de qué nación debía ser expresión política, degeneró en limpieza étnica y en guerra civil. Para los bosnios de cualquier adscripción nacional, para los kosovares en la Gran Serbia o para los serbios en el Kosovo independiente, la crisis del Estado-nación resultó ser algo más grave que un tópico; fue una inexplicable ceguera ante la causa última de su tragedia.

Solo a los territorios colonizados tienen el derecho a la autodeterminación
En contra de lo que la comunidad internacional llegó a creer ante las ruinas de Yugoslavia, el sobrecogedor desenlace de las reivindicaciones nacionalistas que desencadenaron la guerra no se asumió como una advertencia para otros Estados donde también existían opciones políticas partidarias de la secesión, sino en un contramodelo. Es decir, la secesión siguió considerándose un programa político aceptable, desde el ya clásico de los independentistas de Quebec al más reciente de los de Escocia, y la única lección que cabía extraer de Yugoslavia se limitaba al brutal procedimiento por el que se llevó a cabo.
En virtud del contramodelo yugoslavo, quienes apoyan hoy opciones políticas partidarias de la secesión en otras partes del mundo subrayan con redoblada insistencia su intención de atenerse a las vías democráticas. Quienes se les oponen suelen sostener, también en virtud del contramodelo yugoslavo, que los riesgos de desbordamiento pasional inherentes a cualquier proceso de secesión son tan elevados como inevitables. Añaden, además, que la secesión, cualquier secesión, obliga a contravenir el orden legal, tanto el internacional, puesto que el derecho a la autodeterminación reconocido por Naciones Unidas en las resoluciones 1514 (XV) y 2625 (XXVI) se circunscribe al ámbito de los territorios colonizados, como el interno, puesto que no existe ninguna constitución democrática que lo admita.
En respuesta a estos argumentos, quienes apoyan opciones políticas partidarias de la secesión cuestionan que ningún orden legal democrático puede considerarse superior a la voluntad democrática de una mayoría. Admiten, no obstante, que la dificultad reside en cómo conformar esa voluntad democrática dentro de un orden legal que no dispone de mecanismos para hacerlo, y de ahí que, buscando desmentir el contramodelo yugoslavo, se esfuercen en descubrir modelos en positivo, en identificar manuales de secesión.

Aprobada en 2000, la Clarity Act de Canadá es el modelo más invocado
La Clarity Act aprobada por el Parlamento de Canadá en 2000, que tomó como base una sentencia de la Corte Suprema de dos años antes, se ha convertido desde entonces en referencia obligada, en modelo y en manual, para las opciones políticas partidarias de la secesión y también para una parte de quienes se oponen a ella. En el origen de la sentencia y, por tanto, de la Clarity Act, se encuentra el referéndum de independencia convocado por las autoridades de Quebec en 1995.
La pregunta exacta fue: “¿Está usted de acuerdo en que Quebec debería convertirse en soberano después de haber hecho una oferta formal a Canadá para una nueva asociación económica y política en el ámbito de aplicación del proyecto de ley sobre el futuro de Quebec y del acuerdo firmado el 12 de junio de 1995?”. La Corte Suprema, a instancias de la cuestión planteada por el primer ministro federal, Jean Chrétien, estableció que Quebec no disponía de un derecho unilateral a la secesión, pero que, no obstante, si una mayoría calificada de ciudadanos de Quebec la reclamaban, el resto de los canadienses tendrían que buscar la fórmula para dar curso a la aspiración independentista.
Tomás de la Quadra Salcedo, catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III y exministro de Administraciones Públicas y de Justicia en los Gobiernos de Felipe González, entiende que lo que la sentencia de la Corte Suprema de Canadá establece es una suerte de “deber sin derecho”. Así, no es que “la sentencia canadiense admita ningún derecho de autodeterminación para Quebec”, explica De la Quadra, “sino que serían los canadienses en su conjunto quienes tendrían el deber de buscar una salida a las aspiraciones independentistas de Quebec si fueran cualificadamente mayoritarias y persistentes en el tiempo”.

La caída de la URSS provocó una oleada de reivindicaciones nacionalistas
La consideración del caso de Quebec como manual de secesión parece haber pasado a un segundo plano frente a la más reciente iniciativa emprendida por el ministro principal de Escocia, Alex Salmond. La razón no sería solo cronológica, sino que guardaría relación con otros aspectos capaces de multiplicar el potencial de las negociaciones entre Londres y Edimburgo como posible vía a seguir.
Escocia es parte de un Estado miembro de la Unión Europea, lo que, de acuerdo con quienes siguen por interés propio la iniciativa de Salmond, desmentiría el argumento de que las secesiones fuera de los territorios colonizados son contrarias a la legislación internacional. Por otra parte, el Gobierno de Cameron ha aceptado facilitar al de Salmond todas las competencias necesarias para llevar a cabo un referéndum sobre la independencia, algo que los partidarios de la secesión en otros lugares toman por una encomiable actitud y una pragmática disposición a reconocer ciertas realidades desde el Gobierno.
No es seguro, sin embargo, que la iniciativa de Salmond ni la respuesta de Cameron sean generalizables hasta el punto de erigirse en manual de secesiones futuras. La singular naturaleza del sistema británico, en el que las diversas partes se encuentran ligadas entre sí a partir de los tratados que dieron nacimiento a Reino Unido, hace que no sea fácil decidir hasta qué punto la secesión de Escocia sería la realización del derecho a la autodeterminación o, sencillamente, la denuncia de aquel tratado originario.

Escocia plantea la independencia como una salida a la crisis económica
Por otro lado, Cameron no ha vulnerado los procedimientos que rigen las relaciones entre las diversas partes que componen Reino Unido, al entregar a Salmond las competencias para celebrar un referéndum, sino que se ha atenido rigurosamente a ellos: la devolución es una de las fórmulas por las que se rige el sistema británico y en los últimos tiempos ha servido para ampliar la autonomía de los diversos Gobiernos frente al de Londres.
Las negociaciones entre Cameron y Salmond para establecer los procedimientos legales que llevarán al referéndum de independencia de Escocia, fijado para 2014, han puesto de relieve que, mientras que las respuestas de los Gobiernos que se enfrentan a tensiones nacionalistas suelen ser distintas en cada caso, ajustándose a lo que les permiten sus respectivos órdenes constitucionales, las estrategias de los partidarios de la secesión tienden a parecerse como si, en efecto, respondieran a un manual.
El periodista y escritor catalán Rafael Jorba, autor de La mirada del otro, subraya que “las dos primeras víctimas de cualquier intento de secesión son la fidelidad a los hechos y las posiciones que pretenden servir de puente; los conceptos se vuelven vagos y no reflejan la realidad, abriendo el camino a soluciones mágicas y a la designación de chivos expiatorios”, concluye Jorba.

Cameron y Salmond discrepan sobre la pregunta concreta del referéndum
Salmond y los nacionalistas escoceses, lo mismo que los de Quebec que convocaron el referéndum de 1995, desean someter a los ciudadanos una pregunta que no suponga una alternativa tajante, independencia sí o independencia no. Cameron, en cambio, pretende que la pregunta cumpla los requisitos que fijaron la Corte Suprema de Canadá y la Clarity Act, y no asocie a la cuestión principal otras circunstanciales y de detalle que convertirían en equívoco el resultado. El premier británico también quería celebrar el referéndum a la mayor brevedad posible, convencido de que Salmond y los nacionalistas escoceses preferían retrasarlo para ir conformando una mayoría favorable a la secesión, de la que en estos momentos no dispondrían, por la vía de canalizar hacia ella el creciente malestar social que han generado los recortes y la política de austeridad. En la estrategia de Salmond y los independentistas se trataría de presentar la secesión de Escocia como una solución a la crisis económica; en la de Cameron, late la convicción de que los escoceses sabrán advertir que la secesión es una respuesta incongruente con los problemas que ha suscitado la gran recesión, y que podrían verse agravados.
La huida del contramodelo yugoslavo de secesión y la simultánea búsqueda de modelos en positivo, de manuales de secesión, mejores cuanto más recientes y más cercanos, no explica, sin embargo, la razón por la que la caída de la Unión Soviética desencadenó una cascada de reivindicaciones nacionalistas solo comparable a la que se vivió en el siglo XIX.
Como en todos los procesos de largo aliento, resultaría tan reductor como falso señalar una única causa. Pero tal vez en este caso se haya perdido de vista el papel decisivo que pudo desempeñar una única idea, un único tópico reiterado a pesar de los constantes desmentidos. Desde hace tres décadas, la crisis del Estado-nación se viene presentando como una descripción de la realidad cuando, por el contrario, podría tratarse de un programa. Si la ortodoxia económica que se impuso tras el fracaso de la utopía comunista y que ha conducido a la devastadora crisis actual deseaba reducir el margen para que las decisiones políticas pudieran corregir las derivas suicidas de los mercados, entonces nada mejor que segarle la hierba bajo los pies y asegurar que el espacio desde el que operaba, el espacio del Estado-nación, se había vuelto irrelevante. Más naciones y más Estados habrían venido a ocupar el hueco creado artificialmente, pero también más poder y más impunidad para las derivas suicidas de los mercados.

comentarios sobre la noticia en "EL PAIS"

Cualquiera. Y si no vea quienes eran ministros en aquellos tiempos y vea donde se instaló una fábrica de automóviles que se llamó 'Sociedad Española de Automóviles de Turismo' en detrimento de Barreiros y Pegaso. Quien más invirtió fue el Estado. Sin duda.


Tiene usted razón en lo del proteccionismo, pero NO en lo que prospera cualquiera. Prospera quien invierte, quien innova y quien arriesga. Es lo que debemos hacer tanto CAT como ESP. Dejar de pelearnos y montar nuevos estados modernos y competitivos. Cada uno por su lado y todos dentro de la UE. Saludos.



Gracias por el brillante artículo diplomático. ¿Por qué omite Eslovenia en el contra-modelo yugoslavo? ¿Por qué no menciona los potentísimos intereses germanos en aquel proceso? Hubo causas externas muy relevantes en Yugoslavia, como la "grave necesidad" de trabajo militar ante el gran paro producido por la caída del Muro de Berlin. En el caso español hay también causas externas, desde la Revolución Industrial, que acumuló tecnología dinero y población en el País Vasco y Cataluña, de forma absolutamente determinante para configurar lo que son hoy. Dinero y población procedente masivamente del resto de nuestro país. Tecnología principalmente del Imperio Británico (siderúrgica y telares). Patria puede definirse como un patrimonio exento y común de población, cultura, recursos y territorio, durante varias generaciones. Me parece que la mayoría absoluta del dinero y de la población del País Vasco y Cataluña en la Edad Contemporánea, procede del resto de España. Curiosamente estas polémicas nacionalistas dividen solo unos países europeos y multiplican la Europa Central (http://www.central2013.eu/). Da que pensar.




Todo son maneras de verlo. ¿Para cuando ese argumento para empresas no catalanas y no españolas en territorio español?



Ni CAT tiene un mercado de 7,5, ni ESP de 40. Ambos tienen y tendrán un mercado de 500 en la UE y de 7.000 en el mundo. Los tiempos del proteccionismo (apoyado por políticos catalanes demasiadas veces) ha terminado.



O sea, que la UE solo hablará bien y en forma, si habla en contra de la pertenencia de catalunya a la UE.


".....campaña terrorífica consistente en confundir a la opinión pública en lo que se refiere a las verdaderas razones que impulsan a Cataluña a tomar esta decisión en este momento." Si hace apenas dos meses que nos hemos enterado en lo que llaman los catalanes España y no sé si se habían enterado los catalanes de Cataluña de las razones y del momento. Valoración objetiva, veamos: 1º Crisis económica 2º Apoyos entre CIU y PP 3º BILDU 4º PSC/PSOE sin alternativa y 5º La UE sigue siendo unión económica. ¿De verdad no nos echarán en cara los catalanes que ignoremos aclarar el por qué y el cuándo? El único método antiprejuicios es hablar, empatizar, pero con tiempo y divulgar balanzas, todas, las del mercado interno, las del manejo de los últimos fondos europeos, la fiscal y si es de recibo las diferencias tan abismales entre Comunidades que permita romper el contrato que mantienen en la única experiencia democrática de su historia.




Los catalanes tienen derecho a escoger como educar a sus hijos. Luego podemos discutir si los escolares catalanes tienen mejores o peores competencias en el mercado internacional. Por desgracia, los alumnos catalanes están poco preparados cuando los comparamos con los europeos. Pocos estudiantes son tan malos, sólo los protugueses, griegos y españoles lo hacen peor. Los portugueses incluso hablan mejor inglés. Los españoles ni idiomas, ni nivel básico de matemáticas.




Claro, como debe ser. ¿Usted sabe que en tiempos de la pujanza textil de Cataluña (tiempos de Franco) se 'decretó' que en el resto de España era obligado el consumo con un gravamen del 60% superior que en Cataluña? Así prospera cualquiera.


Pues muy simple hablar en nombre de la UE. Ellos como miembros activos en el seno de la UE están obligado a no opinar ni dar declaraciones sobre temas que no les compiten.



Eso no se lo cree ni el tato. No me compares el efecto que tendría esa independencia en un país que, sin Cataluña, tendría un mercado de más de 40 millones de consumidores frente a una Cataluña de 7,5 millones. A España no le convendría ni muchísimo menos que no pasara nada y mucho menos teniendo en cuenta que una buena parte de la tarta del sector bancario español estaría controlado por entidades catalanes. Sería convertirnos en poco menos rehenes de ese Estado catalán que estará tan necesitado de fondos en sus primeros años de vida. Una auténtica estupidez. Me hace gracia, por otra parte, que se hable de la total libertad a las empresas solo cuando interesa. Eso también implicaría la libertad de los consumidores para decidir los boicots que consideren oportunos.



perdona, pero navarra tiene la suficiente personalidad como para no ser anexionada por nadie. Ese peligro es algo inventado que los vascos sabemos no es real. EL euskara o el catalan, ¿son idealizaciones del pasado o expresion cultural de pueblos con identidad propia diferenciada? Por muy puntillosos te pongas, nunca podrás combatir la identidad nacional de los pueblos ni tratar de imponerles un estado que no quieren. Un español del 2012 es muy diferente de otro del 1955, por el régimen politico, pero tanto vascos como catalanes, seguimos reivindicando lo mismo......y seguiremos, pese a quien pese. Aqui no hay peligro de anexiones, hay miedo a enfrentarse con la realidad de españa sin sus naciones mas desarrolladas....


Ganarse la credibilidad es muy fácil en democracia. Se vota y tiene más credibilidad el que más votos tiene.



Jajaja! Sí, quizás nada de esto pasará. Al final despertaremos de este sueño y nos daremos cuenta que en verdad siempre hemos sido españoles, quizás 3.000 años, como decía Espe... Que esto del catalán se lo inventó Pujol y lo que hablaban nuestros abuelos era un dialecto del español. ¡Saludos!




También aporta más.Mucho mas que algunas regiones.




Igual que mucha gente está convencida de que España es una gran potencia y un país respetado en todo el mundo.Me imagino que tu también opinarás sin haber estado nunca en Catalunya , bueno igual de vacaciones, y sin conocer el sistema educativo.Yo al menos vivo aquí y tengo hijos en edad escolar.



¿Qué poderes se han apropiado? Han expresado una opinión. ¿Desde cuando un cargo público no puede expresar opinines? Se puede estar de acuerdo o no. Críticar o no. Pero ¿Censurarles por una opinión?




Si el PP sigue así en tres años hasta Rubalcaba les gana las elecciones, que ya es mucho decir. Record de paro, miseria por todas partes, y encima pierden Catalunya! Y a lo mejor Euskadi! Quién va a querer que se perpetúen.




Usted no es justo. Porcentualmente Cataluña tiene mucha más inversión del Estado que el resto de las regiones.


Vamos a dejarnos de historias. Respeto como nadie el derecho de autodeterminación y, por supuesto, el derecho de los pueblos a decidir su futuro pero, para ganarse credibilidad, el nacionalismo catalán y la propia Cataluña como territorio que aspira a ser algún día Estado tiene que superar una prueba: demostrar que el pueblo catalán aspira a la independencia en cualquier escenario, no solo en los de crisis de la nación española. Es cuanto menos sintomático que desde ciertos sectores nacionalistas solo se hable del "Estat Català" cuando España pasa por momentos políticos o económicos muy delicados: la crisis de la generación del 98, la guerra civil o el actual desastre económico. El día que el pueblo de Cataluña demande abiertamente su independencia en un escenario político y económico normal dentro de España, entonces se habrá ganado mi respeto y simpatía. Mientras tanto, para mí serán unos carroñeros o unos demagogos que optan por la estrategia de la avestruz: esconder la cabeza ante los problemas.

FUENTE:
 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/28/actualidad/1351441562_382865.html

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