EL REGRESO DEL GRAN PROVOCADOR
“Los viejos demonios han vuelto a Europa”
La fama de provocador de Peter Sloterdijk no ha decaído desde que sacudiese a Alemania con una defensa de la manipulación genética de los humanos
Ahora ve al continente en un punto crítico y advierte de que “puede saltar por los aires”
Xosé Hermida
Santiago
31 OCT 2013 - 00:03 CET95
En el principio fue la ira. “Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles”, reza el verso inicial de La Ilíada,
que para el filósofo Peter Sloterdijk (Kalrsruhe, 1947) equivale a la
“primera palabra de Europa”. La ira y la indignación han sido una piedra
angular del continente, y con él, de todo el mundo occidental. El
recorrido histórico por las consecuencias políticas de esa energía
humana dieron origen a un libro —Ira y tiempo, editado en España por Siruela—
del más controvertido y seguramente más influyente, tras Jürgen
Habermas, de los pensadores alemanes contemporáneos. Sloterdijk ha
estado dos días en Santiago para recibir un singular premio por esa
obra. El galardón, llamado Bento Spinoza en honor del gran filósofo de
origen judío portugués, está organizado por el instituto compostelano
Rosalía de Castro, cuyos alumnos, junto a los de otros cuatro colegios
públicos gallegos, eligieron Ira y tiempo como el mejor ensayo.
“Por una vez no me ha premiado un jurado gerontocrático”, bromeaba
ayer, con una mezcla de ironía y sorpresa, el pensador alemán, que no
oculta su inquietud por el futuro de una Europa a la que “vuelven los
viejos demonios, ahora bajo la forma de nacionalismo económico”.
Muy popular en Alemania, donde es frecuente verle en televisión hablando de casi todo —desde fútbol a cómo dejar de fumar— su capacidad para la provocación es casi legendaria. Irrumpió de la forma más escandalosa en 1999, cuando algunos —entre ellos el propio Habermas— vieron resucitar los fantasmas del nazismo con su libro Normas para el parque humano que defendía las técnicas de mejora genética del homo sapiens. Hace tres años, un artículo suyo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en el que arremetía contra la “cleptocracia fiscal” de los Estados de bienestar europeos y propugnaba sustituir los impuestos por donativos voluntarios, provocó otro enorme incendio. Ira y tiempo contiene un furibundo ataque contra lo que llama “izquierda fascista”, y eso le ha servido para que desde el otro lado del espectro ideológico el filósofo comunista Slavoj Zizek lo haya definido como “un liberal-conservador que ejerce de enfant terrible del pensamiento alemán contemporáneo”.
La izquierda, según Sloterdijk, ha funcionado históricamente como un mecanismo de “organización política de la ira” o, para ser más precisos, como “un banco de ira”. “La gente depositaba allí sus frustraciones y, como en un banco, otros gestionaban ese capital para devolverle los intereses en forma de autoestima para ellos y desprecio para sus enemigos”, explica Sloterdijk desde su imponente estatura, mirando siempre por encima de unas pequeñas gafas y con un cabello alborotado que corrobora esa imagen de enfant terrible, aún a sus 66 años, Él acabó de escribir su libro en 2006 y, desde entonces, la “atmósfera ha cambiado mucho en el mundo”, advierte. “La ira, la cólera, la indignación, han cobrado más fuerza. Lo que pasa es que ahora no hay un banco mundial de la ira. Ese papel lo jugó la izquierda desde el siglo XIX, pero hoy ya no es capaz de desempeñarlo. El islamismo es únicamente un banco local de ira, sin alcance mundial. Ahora la gente puede quedarse en casa con su cólera y meterla debajo de la almohada o del colchón, porque ya no hay nadie que pueda sacar rendimiento político de eso ni devolverle intereses”.
Su durísimo diagnóstico sobre las consecuencias de organizar políticamente la ira, desde el primer anarquismo de Bakunin hasta el estalinismo o el maoísmo, no implica que Sloterdijk desdeñe el papel que ha desempeñado la indignación en la historia de Occidente. Y lo subraya cuando comenta el fenómeno del 15-M en España: “Esto no es nada nuevo, aunque sí la forma cómo se manifiesta. La República es hija de la indignación. De ella nace el primer movimiento democrático en la antigua Roma, donde la monarquía da paso a la República por la indignación popular contra la violación de Lucrecia por el hijo del rey. Lo mismo vale para la Revolución Francesa. En ese sentido, los jóvenes españoles demuestran que viven la auténtica tradición democrática”. Pero esa energía no puede ser canalizada por fuerzas como “la izquierda francesa, que parece una empresa del Estado, solo pendiente de los funcionarios”. “Se necesita algo completamente diferente, un instinto más emprendedor. Y pensar que no se puede forzar la economía. No vale con masacrar a dos millonarios y repartir su fortuna dando 20 euros a cada persona en paro. No creo que eso sea una solución política”.
La disputa entre el Norte y el Sur en Europa tras el estallido de la crisis ha abierto una brecha cuyos peligros resultan muy evidentes para Sloterdijk: “Han vuelto los antiguos demonios a Europa. Ya no se trata del viejo nacionalismo, ahora es un nacionalismo económico venenoso. Y sin duda se debe a los defectos en la construcción política de Europa. El euro fue sobre todo un proyecto político, y los especialistas ya advirtieron entonces de que eso podría llevar a una explosión. Pero los políticos siguieron adelante con lo suyo. Y esa explosión es lo que estamos viendo ahora. Hay un retroceso en el sentimiento transnacional”. El pensador resume la división continental entre países partidarios de la estabilidad económica, como Alemania, y los defensores de “políticas inflacionistas, como los Estados del Sur”. “Las diferencias neonacionalistas vienen de mezclar la política con esos problemas técnicos. Si no evitamos esa mezcla, Europa puede saltar por los aires”, afirma.
Un cierto sentido de la ironía impregna la obra de Sloterdijk y aflora cuando se pregunta si de verdad Alemania desea mandar sobre Europa: “Todo esto es un malentendido trágico. Los alemanes rezan todas las noches para no tener que gobernar Europa. Pero qué le vamos a hacer, son grandes y fuertes, y no se pueden esconder como cuando uno es pequeñito y se mete detrás de un árbol. El problema no es que Alemania quiera el poder, sino que se trata de una obligación a la que debe acostumbrarse. Pero los alemanes son muy cuidadosos y muy respetuosos”.
La trilogía Esferas, entre 2003 y 2006.
Ira y tiempo vio la luz por primera vez en castellano en 2007, el mismo año que En el mundo interior del capital, originalmente editado en alemán en 2005.
COMENTARIOS DE LOS LECTORES DE 'EL PAIS '
FUENTE:http://cultura.elpais.com/cultura/2013/10/30/actualidad/1383165263_629032.html
Muy popular en Alemania, donde es frecuente verle en televisión hablando de casi todo —desde fútbol a cómo dejar de fumar— su capacidad para la provocación es casi legendaria. Irrumpió de la forma más escandalosa en 1999, cuando algunos —entre ellos el propio Habermas— vieron resucitar los fantasmas del nazismo con su libro Normas para el parque humano que defendía las técnicas de mejora genética del homo sapiens. Hace tres años, un artículo suyo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en el que arremetía contra la “cleptocracia fiscal” de los Estados de bienestar europeos y propugnaba sustituir los impuestos por donativos voluntarios, provocó otro enorme incendio. Ira y tiempo contiene un furibundo ataque contra lo que llama “izquierda fascista”, y eso le ha servido para que desde el otro lado del espectro ideológico el filósofo comunista Slavoj Zizek lo haya definido como “un liberal-conservador que ejerce de enfant terrible del pensamiento alemán contemporáneo”.
La izquierda, según Sloterdijk, ha funcionado históricamente como un mecanismo de “organización política de la ira” o, para ser más precisos, como “un banco de ira”. “La gente depositaba allí sus frustraciones y, como en un banco, otros gestionaban ese capital para devolverle los intereses en forma de autoestima para ellos y desprecio para sus enemigos”, explica Sloterdijk desde su imponente estatura, mirando siempre por encima de unas pequeñas gafas y con un cabello alborotado que corrobora esa imagen de enfant terrible, aún a sus 66 años, Él acabó de escribir su libro en 2006 y, desde entonces, la “atmósfera ha cambiado mucho en el mundo”, advierte. “La ira, la cólera, la indignación, han cobrado más fuerza. Lo que pasa es que ahora no hay un banco mundial de la ira. Ese papel lo jugó la izquierda desde el siglo XIX, pero hoy ya no es capaz de desempeñarlo. El islamismo es únicamente un banco local de ira, sin alcance mundial. Ahora la gente puede quedarse en casa con su cólera y meterla debajo de la almohada o del colchón, porque ya no hay nadie que pueda sacar rendimiento político de eso ni devolverle intereses”.
Su durísimo diagnóstico sobre las consecuencias de organizar políticamente la ira, desde el primer anarquismo de Bakunin hasta el estalinismo o el maoísmo, no implica que Sloterdijk desdeñe el papel que ha desempeñado la indignación en la historia de Occidente. Y lo subraya cuando comenta el fenómeno del 15-M en España: “Esto no es nada nuevo, aunque sí la forma cómo se manifiesta. La República es hija de la indignación. De ella nace el primer movimiento democrático en la antigua Roma, donde la monarquía da paso a la República por la indignación popular contra la violación de Lucrecia por el hijo del rey. Lo mismo vale para la Revolución Francesa. En ese sentido, los jóvenes españoles demuestran que viven la auténtica tradición democrática”. Pero esa energía no puede ser canalizada por fuerzas como “la izquierda francesa, que parece una empresa del Estado, solo pendiente de los funcionarios”. “Se necesita algo completamente diferente, un instinto más emprendedor. Y pensar que no se puede forzar la economía. No vale con masacrar a dos millonarios y repartir su fortuna dando 20 euros a cada persona en paro. No creo que eso sea una solución política”.
La disputa entre el Norte y el Sur en Europa tras el estallido de la crisis ha abierto una brecha cuyos peligros resultan muy evidentes para Sloterdijk: “Han vuelto los antiguos demonios a Europa. Ya no se trata del viejo nacionalismo, ahora es un nacionalismo económico venenoso. Y sin duda se debe a los defectos en la construcción política de Europa. El euro fue sobre todo un proyecto político, y los especialistas ya advirtieron entonces de que eso podría llevar a una explosión. Pero los políticos siguieron adelante con lo suyo. Y esa explosión es lo que estamos viendo ahora. Hay un retroceso en el sentimiento transnacional”. El pensador resume la división continental entre países partidarios de la estabilidad económica, como Alemania, y los defensores de “políticas inflacionistas, como los Estados del Sur”. “Las diferencias neonacionalistas vienen de mezclar la política con esos problemas técnicos. Si no evitamos esa mezcla, Europa puede saltar por los aires”, afirma.
Un cierto sentido de la ironía impregna la obra de Sloterdijk y aflora cuando se pregunta si de verdad Alemania desea mandar sobre Europa: “Todo esto es un malentendido trágico. Los alemanes rezan todas las noches para no tener que gobernar Europa. Pero qué le vamos a hacer, son grandes y fuertes, y no se pueden esconder como cuando uno es pequeñito y se mete detrás de un árbol. El problema no es que Alemania quiera el poder, sino que se trata de una obligación a la que debe acostumbrarse. Pero los alemanes son muy cuidadosos y muy respetuosos”.
Sus grandes obras
Las principales obras de Sloterdijk han sido publicadas en España por la editorial Siruela. Su primer gran libro, Crítica de la razón cínica, salió en Alemania en 1983, y fue editado en Taurus antes de en Siruela. Ese mismo año, la editorial publicó Normas para el parque humano, que data de 1999.La trilogía Esferas, entre 2003 y 2006.
Ira y tiempo vio la luz por primera vez en castellano en 2007, el mismo año que En el mundo interior del capital, originalmente editado en alemán en 2005.
COMENTARIOS DE LOS LECTORES DE 'EL PAIS '
Lo que realmente ve Europa cuando se ve al espejo, no es ni más ni
menos que el poder financiero en manos de una élite adinerada que dirija
a su antojo el poder político para diseñar un futuro donde la sociedad
no pueda participar. La sociedad se ve amenazada, por la concentración
del poder económico, en manos de menos de 200 familias que dirijan la
política mundial con sobornos y financiación de los partidos políticos
más fuertes, como respuesta a esa vorágine capitalista sin escrúpulos,
nacen como respuesta los nacionalismos al amparo de la debilidad de los
estados y sus gobiernos, al ver que estos no pueden hacer nada para
evitar el deterioro y la perdida de todos los valores del estado de
bienestar. Ante esta situación, no cabe duda que el futuro de Occidente
esta gravemente amenazado, al dirigir las riquezas a los países
emergentes donde la mano de obra, sin prestaciones sociales, no existe y
donde es más fácil el soborno y la corrupción política. Si el poder
económico no toma conciencia, en el futuro inmediato es muy probable que
nos puedan visitar Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
pues me parece bien observado lo que dice. en el extranjero, hasta
empresarios les piden a los alemanes que sean menos timidos y que
tomen mas las riendas. pobres alemanes ! por un lado se les dice
que tengan mas conciencia de poder, por otra, cuando lo ejercen, ya
te vienen con hitler. lo que si molesta es que han votado de nuevo a
una merkel a la que el sur de europa le parece interesar un
rabano mientras sus compinches banqueros en grecia se forran a causa de
alla, y los bancos de espana tambien. pero no es nada nuevo que
los politicos sean una casta internacionalmente conectada en CONTRA de
sus respectivos pueblos, y encima solo son la punta del iceberg,
detras de la cual se ocultan fuerzas malignas casi invisibles, que
realmente mandan, como lo son los BILDERBERG, el COUNCIL ON FOREIGN
RELATIONS o LA TRILATERAL COMMISSION y como sabmos ahora desde snowden
mucho mehor, la NSA y varios servicios secretos y sociedades secretas,
de las que se conoce SKULL AND BONES o BOHEMIAN GROVE y unas mas pero
habra otras totalmente desconocidas aun, encima.
s
Exactamente. Como dice el camarada Sloterdijk, el nazismo y el fascismo
fueron una inyección antirrábica contra el marxismo; dado que tanto
Karl como Groucho están muertos, ya no hay ningún riesgo de que se
reproduzcan.
Hace 19 minutos
El último párrafo no tiene desperdicio! Como somos fuertes y grandes
seremos obligados a mandar en vosotros. Mama mía, que arrogancia!
El problema es que con lo de la manipulación genética nadie lee lo demás. (Y si lo lee no lo entiende)
. . . aprovecha el largo fin de semana para hacerte una toma a tierra.
. . . Treblinka fue un campo de exterminio y por tanto una cosa muy seria y no apto para comentarios jocosos.
. . . los alemanes no duermen porque tienen que fabricar los coches que
compran los inteligentes españoles, que los hay y muy tontos.
Artículo interesante, de los que pude originar polémica. En efecto, los
viejos demonios vuelven a Europa: nacionalismo, racismo y xenofóbia ...
Los políticos culpabilizan a los demás, a "los otros", del fracaso que
ha originado su propia ineptitud y corrupción. Los que vivimos en
Cataluña sebemos bastante de eso ...
Iualmente. Me abro, que la moderadora competente tiene las manos muy
largas. No se os ocurra hacer chistes, que los borra y se los queda para
una novela punk que va a presentar al Planeta. Foro EL PAÍS
. . . todos los fachas sois igual de faltones.
. . . a ese rezo se le llama ironía.
¿Y aluego un tubito de aspirinas? No, gracias! Foro EL PAÍS
. . . aparte de faltón eres un tío cantidad de enrollado.
. . . hace un pitillito, Pep.
. . . lo que indicó en su momento, es que es necesario una alianza
entre filosofía y ciencia con el objeto de modificar la estructura
genética del ser humano. Debido entre otras causas a su nivel de
embrutecimiento.
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