La trinchera
'Si me desahucian, me tiro por la ventana'
Desde la juventud trabajando en España hasta que hace siete años decidió cumplir su sueño desde que llegó de Bolivia: comprarse un piso. Un sueño que, como se pueden imaginar y tras cuatro años de crisis financiera, se tornó en pesadilla. Ángel Flores debe a su banco unos 200.000 euros por un préstamo hipotecario. La última vez que fue a su sucursal esa deuda había crecido en 10.000 más por los intereses. De dación en pago, ni hablar. Y él, pese a tener dos niños pequeños en edad escolar, les respondió esto: "Cuando entren en mi casa a desahuciarme, me tiro por mi ventana".
Cuesta mucho escuchar esa frase. Pese a que la banca anunciaba que se paralizarán durante dos años los desahucios extremos, quien sabe si la desesperación va a dejar más víctimas por el camino de esta crisis económica. Cincuenta y cinco expedientes esperan a las puertas de la sede central de Bankia. Cincuenta y cinco personas que piden a la entidad bancaria "la dación en pago, un alquiler social y la condonación de la deuda". De ese medio centenar, una veintena llevan 22 días viviendo en la acera de la plaza madrileña del Celenque, custodiados por varios furgones de la Policía Nacional.
"A veces me piden cigarros, pero no fumo", comentaba Luis Domínguez, uno de los cabecillas de esta miniacampada quien mantenía que no han tenido ningún problema con las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. Duermen, se alimentan y recaban firmas en esos 60 metros cuadrados que Luis dice que se componen de "habitaciones, cocina y salón". Bromea porque son más los buenos momentos que los malos. Para él, el peor es la pena que le da tener que brindar comida a varios sin techo, algo que hace de buen grado, mientras que lo mejor es la solidaridad que han recibido desde que han llegado.
Esteban Capa lleva dos años en el paro. Él tampoco puede pagar una vivienda en la que ya no quiere vivir porque no la siente como suya. Allí están su mujer y sus hijos a la espera de la orden de desahucio. Esteban lucha en la calle para intentar que acepten la dación en pago y así poder volver a su Ecuador natal. "Aquí ahora mismo no hay futuro", dice este albañil que ha sustituido la mampostería por lonas y los encofrados por colchones en el suelo. Lleva 22 días pero se quedará los que hagan falta. También Luis y Ángel lo harán hasta que, como dice Luis, "se gane la guerra".
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FUENTE:
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/latrinchera/2012/11/12/si-me-desahucian-me-tiro-por-la-ventana.html
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