Más manifestación que huelga
El paro, secundado con firmeza por la industria
aragonesa y el transporte público, tuvo menor incidencia en el comercio y
las pequeñas empresas. Los sindicatos califican de "éxito" la jornada,
pero el Gobierno no cede y seguirá adelante con la reforma.
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La octava huelga general de la democracia española
dejó una masiva manifestación por las calles de Zaragoza en contra de
la reforma laboral de Mariano Rajoy, persianas a medio subir en los
comercios por la mañana y una larga noche de piquetes y paros
importantes en la industria aragonesa. También dejó seis detenidos,
algún que otro altercado aislado y, sobre todo, el tradicional baile de
números que no puede faltar en cualquier huelga o protesta
multitudinaria. Lo que es "éxito" para los sindicatos se convierte en
"fracaso" para el Gobierno, las miles de personas para unos son cientos
para los otros y la huelga es general o parcial depende quien la valore.“Ha sido la huelga general más importante de los últimos 20 años”, aseguraba Julián Lóriz, secretario general de UGT en Aragón, sindicato que cifró en un 75% en apoyo de los trabajadores al paro. Julián Buey, secretario general de la delegación autonómica de CC. OO., hizo un llamamiento a la reflexión al Gobierno de Rajoy: “Los trabajadores han demostrado, parando el país de manera general, su descontento y frustración con la reforma laboral.Queremos que se sienten a negociar y que la reforma laboral sea modificada”.
En la misma línea se manifestaron los secretarios generales de CC. OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, quienes destacaron que el Gobierno "está perdiendo gran parte del crédito" que tenía en la sociedad. Sin embargo, el mensaje de los líderes sindicales no pareció calar en el Ejecutivo, que calificó de “muy moderado” el impacto de la huelga y aseguró que “la reforma laboral es imparable”.
Tampoco se pusieron de acuerdo sindicatos y patronal, que ofrecieron datos diametralmente opuestos del seguimiento de la huelga general. Lo que para UGT y CC. OO. fue un masivo rechazo al proyecto de Rajoy, que secundaron el 75% de los trabajadores, fue casi anecdótico para la patronal, que cifró en un 17% el apoyo a la protesta en las empresas aragonesas.
Tras la intensa jornada de guerra de cifras y seguimiento desigual de la huelga en los diferentes sectores, los sindicatos se dieron un baño de masas con la manifestación vespertina, que se saldó sin incidentes de gravedad. Alrededor de 200.000 personas, según los sindicatos, tomaron las calles de la capital aragonesa para decirle, gritarle y cantarle a Rajoy que su reforma no es bienvenida entre los trabajadores.
La huelga también comenzó con energía en el sector industrial, encabezado por la emblemática planta de Opel en Figueruelas. Dos horas antes del comienzo oficial de la jornada, los líderes sindicales ya mostraban su optimismo tras el paro total de la producción en el turno de noche de General Motors, que extendió la llama por la mayoría de las empresas auxiliares.
Los principales incidentes se produjeron en Mercazaragoza, donde los piquetes informativos cortaron el acceso al polígono de los vehículos durante parte de la madrugada. El enfrentamiento entre la Policia Nacional y los sindicalistas se saldó con la detención del secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC. OO. Aragón, Juan Urdániz, que fue traslado a un hospital zaragozano por las lesiones sufridas.
Después de que el coordinador de IU en Aragón, Adolfo Barrena, pidiera la dimisión del delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, por las agresiones de los agentes, el sindicalista fue puesto el libertad con cargos, igual que el resto de los cinco detenidos: dos personas relacionadas con la quema de contenedores, otras dos por el bloqueo de 26 cajeros automáticos y un ciclista por agresiones a agentes de la Policía Nacional.
El comercio se resiste
También hubo un gran seguimiento en factorías como Jonson Control, Bosal, Delphi, Lear, BSH Balay o Pikolín, así como en el transporte público, pero la fuerza de la huelga perdió fuerza ante la resistencia del comercio. Ni los llamamientos de los sindicales, ni los piquetes, ni la silicona que obstruyó las cerraduras de numerosos establecimientos consiguieron que los autónomos se unieran al paro. Con las persianas a medio subir y cierres intermitentes, la gran mayoría de los comercios atendieron a sus clientes en una jornada que, tras todos los pequeños incidentes, no fue demasiado productiva.
Y es que algunos establecimientos se vieron obligados a cerrar sus puertas durante parte de la mañana debido a la presión de los piquetes informativos, que centraron gran parte de sus protestas frente a la puerta principal de El Corte Inglés del paseo de Sagasta. Ese fue el punto de reunión de la mayoría de los manifestantes, que lograron que los grandes almacenes bajaran la persiana durante algo más de una hora.
Sí se notó la huelga en la Universidad de Zaragoza, donde también se produjeron algunos incidentes aislados. Los problemas se concentraron en la puerta principal del campus de la plaza de San Francisco, donde decenas de estudiantes crearon una barricada y hubo momentos de tensión cuando varias personas intentaron acceder al campus. Lo mismo ocurrió en la Facultad de Derecho, invadida por un grupo de personas que intentaron evacuar a una secretaria que cubría servicios mínimos e impidieron la entrada de varios alumnos y profesores.
FUENTE:http://www.heraldo.es/noticias/economia/2012/03/30/la_huelga_acaba_con_una_marcha_masiva_contra_reforma_182129_309.html
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