Moda
Los políticos españoles visten muy mal
"Los grandes escándalos estilísticos de nuestros representantes públicos no ocurren por utilizar una camisa u otra, sino porque la camisa no pega con el cargo", explica en una entrevista a la periodista Patrycia Centeno, autora del libro "Política y moda. La imagen del poder".
"La seguridad, la cercanía y la seriedad son los pilares básicos del estilismo de un político", detalla Centeno, quien asegura que "a los cargos públicos no se les puede exigir una imagen como si fueran estrellas de Hollywood, deben ofrecen una imagen coherente con lo que piensan y con lo que trasmiten o pretenden transmitir".
El público no entiende las ostentaciones de los políticos. "José Luis Rodríguez Zapatero fue muy criticado porque lució en plena crisis un cinturón de lujo de la firma Hermes, así como también fue muy cuestionado un reloj Rolex que Cándido Méndez exhibió en su muñeca".
Si se compara el estilismo de los líderes de hace años con el que lucen los de hoy, "sorprende que la imagen de antaño resulte más actual que la de nuestros coetáneos", dice Centeno.
"Basta recordar como Marcelino Camacho creó una imagen muy creíble e íntimamente ligada al pueblo con aquellos jerséis de lana que tejía su esposa Josefina", detalla la autora.
Sin embargo, hoy no existe ese impacto visual, "todos los políticos visten igual, no hay más que observar las reuniones entre la patronal y los sindicatos, ¿quién es quién?, es muy difícil diferenciarlos".
"Barack Obama es el político mejor vestido", explica Patrycia Centeno, quien asegura que "el actual presidente de Estados Unidos es muy elegante, sabe llevar los trajes y lo mejor de todo es que se siente muy cómodo con ellos, no duda en deshacerse de la americana y en arremangarse las mangas de la camisa cuanto se trata de saludar o interesarse por los niños".
Las incoherencia ideo-estéticas son el mayor error indumentario que puede cometer un político. "Por ejemplo, María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, se adornó su cuello con una versión, en tonos lilas, del pañuelo palestino", dice la escritora.
Por su parte, las mujeres políticas, en su camino al poder, han encontrado dos formas de enfrentarse al austero traje de chaqueta que luce el hombre; emular el vestuario femenino o reivindicar uno propio.
La mayoría han apostado por crear un vestuario afín a su personalidad y a su gusto, "aunque alguna como Ségoléne Royal han dando un paso más y han demostrado que la mujer política también puede ser femenina", explica Centeno.
Los estilismos de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, casi nunca pasan desapercibidos. "Tiene una personalidad política tan fuerte que puede permitirse hasta minifaldas", dice la autora, quien recuerda cómo Aguirre compareció ante la prensa en calcetines al bajarse de un avión, tras sobrevivir a un atentado en Bombay.
También ha sido muy llamativo el estilo de María Teresa Fernández de la Vega, "política calificada de 'fashion victim' porque vestía con colores muy llamativos y lucía un maquillaje agresivo. Si hubiera apostado por tonos más discretos, la opinión publica no hubiera estado tan pendiente de ella", añade la autora.
Muy estudiados son los "look" de las primeras damas, entre ellas los de Letizia Ortiz, "que en sus primeros años como princesa de Asturias la solemnidad de sus trajes le recordaban su nueva posición social, hoy lejos de aquella imagen varía sus estilismos y apuesta por prendas de bajo presupuesto. Aún está buscando su propio estilo", concluye la autora.
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http://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2012/03/04/los_politicos_espanoles_visten_muy_mal_178913_310.html
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